INVESTIGADORES
RODRIGUEZ ZOYA Leonardo Gabriel
congresos y reuniones científicas
Título:
Ciencia y política de los problemas complejos
Autor/es:
LEONARDO G. RODRÍGUEZ ZOYA
Lugar:
CDMX
Reunión:
Seminario; Seminario Internacional del Instituto de Ecología; 2018
Institución organizadora:
Universidad Nacional Autónoma de México
Resumen:
Enfrentar los problemas complejos de nuestro tiempo requiere una nueva alianza entre las ciencias y la política, entre nuestros modos de conocer el mundo y nuestras formas de actuar en el mundo. Sin embargo, la historia de Occidente puede ser pensada como la historia de la controversia entre la ciencia y la política. Esta controversia se ha saldado, en distintos momentos históricos, bien a través de la disyunción entre la ciencia y la política, bien a través de la reducción de una a la otra, ya sea por medio de la subordinación de la política a problemas tecno-científicos, ya sea por medio de la reducción de la ciencia a un instrumento de poder, dominación y control. Esta gran desalianza entre la ciencia y la política ha conducido a la desvinculación de los problemas de conocimiento y los problemas de la acción, a la separación entre la razón teórica y la razón práctica, a la desunión entre ciencia y ética. Esta controversia forja la historia del sistema de pensamiento en el cual estamos atrapados.Los problemas complejos son difíciles de concebir en el marco de un estilo de pensamiento moldeado al calor de la desalianza entre la ciencia y la política, pues lo específico de aquéllos es expresarse simultáneamente como problemas de conocimiento, como problemas éticos y cómo problemas de acción y decisión. Además, los problemas complejos constituyen sistemas creativos que emergen de un juego social de alta incertidumbre en el que participan una red de actores sociales heterogéneos. Por esta razón, los problemas complejos son sistemas indeterminados en los que no resulta posible predecir su futuro. Esta limitación contrasta con uno de los desafíos principales que nos plantean los problemas complejos: la necesidad de conocer para transformar una situación problemática que es evaluada como no deseable. De este modo, el reto de los problemas complejos es el de diseñar y construir un futuro deseable alternativo.Mientras que la inquietud por la construcción del futuro es constitutiva de los problemas complejos, la racionalidad científica expulsa el problema del futuro, pues su arquitectura epistémica no está equipada con estrategias para diseñar el porvenir. No hay ni puede haber una ciencia del futuro puesto que el futuro no se conoce ni se descubre. El futuro se imagina y se construye. Esto marca una tensión constitutiva entre la racionalidad científica y la racionalidad política pues, esta última se expresa, ante todo, como un discurso sobre el futuro basado en la promesa que el mañana sea distinto a hoy. La viabilidad de esta promesa radica, justamente, en la posibilidad de transformar los problemas complejos del presente. Sin embargo, la práctica política no dispone de métodos ni de ciencias para gobernar problemas complejos y construir estrategias de futuro. Las ciencias y la política están de espaldas a los problemas complejos. El modo que enseñamos y aprendemos en la Universidad profundiza esta brecha en cuyo seno germina la complejidad del mundo y la incertidumbre del devenir.Así, los problemas complejos nos plantean un interrogante que es, al mismo tiempo, científico, político y educativo: ¿Con qué métodos conocer y actuar sobre un problema complejo para intentar gobernarlo, es decir, conducirlo, hacia una situación futuro deseable? ¿Cómo construir en la Universidad un espacio de pensamiento y acción que nos permita reflexionar colectivamente sobre los problemas complejos y diseñar estrategias innovadoras para abordarlos?Los problemas complejos interpelan la actualidad de nuestro presente científico y político y nos incitan a una búsqueda: la posibilidad de imaginar el desarrollo de una ciencia para el gobierno de los problemas complejos, esto es, una ciencia constructiva, creativa y participativa que nos permita diseñar el futuro deseado y construir estrategias para hacer posible lo deseable, es decir, para apropiarnos creativamente del porvenir.El objetivo de esta intervención es ayudar a pensar desde la Universidad una estrategia posible para abordar problemas complejos. Esta propuesta constructiva puede resumirse en las siguientes ideas:-El desafío de un estilo de pensamiento complejo-La modelización interdisciplinaria y participativa de problemas complejos-El uso de la simulación como estrategia para para la exploración del futuro de un problema complejo-El recurso de la planificación situacional como herramienta de gobierno de problemas complejosSe intentan presentar algunas vías prácticas para el desarrollo de esta propuesta así como algunas limitaciones de la misma.La finalidad de esta intervención pública es provocar y motivar un debate colectivo en la comunidad universitaria sobre el modo en que hacemos ciencia y la forma en que reflexionamos sobre la ciencia que hacemos. Pensarnos a nosotros mismos es un desafío crucial para intentar aprender a pensar de otro y repensar nuestro modo de educar en la Universidad. En esta búsqueda podamos, quizás, forjar el pensamiento como una práctica de la libertad para construir nuestro futuro común.