INVESTIGADORES
RODRIGUEZ ZOYA Leonardo Gabriel
congresos y reuniones científicas
Título:
El paradigma de la complejidad y la construcción política del futuro
Autor/es:
LEONARDO G. RODRÍGUEZ ZOYA
Lugar:
Tucuman
Reunión:
Jornada; XVII Jornadas de Filosofía del NOA; 2016
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Tucumán
Resumen:
La obra de Edgar Morin constituye, posiblemente, el último gran esfuerzo teórico y filosófico por construir una síntesis que permita pensar la complejidad del mundo y volver a dar sentido a la unidad compleja del cosmos, la vida y la humanidad. La envergadura de la empresa intelectual de Edgar Morin dificulta cualquier intento de clasificación en el marco de los campos del saber establecidos e institucionalizados. Más allá de esta dificultad, la obra moriniana puede presentarse a partir de dos conceptos que delinean dos ejes estratégicos de la andadura del pensador francés: la noción de auto-eco-organización y el problema del paradigma. El primer concepto constituye una herramienta para elaborar una teoría de la complejidad organizada que articule el nivel físico, biológico y antropo-social. El concepto de paradigma es una noción clave para problematizar la organización de los sistemas de pensamiento. Desde este punto de vista, un paradigma no es una teoría, ni un modelo, ni una doctrina, sino un concepto cuyo valor analítico permite examinar la formación correlativa y mutuamente constitutiva entre la organización del pensamiento y la organización de la realidad. El concepto de paradigma tiene un alcance tanto epistemológico como también ético y político. Esta aserción significa que el problema del paradigma plantea consecuencias para el ámbito de la ciencia, la filosofía y la construcción del conocimiento, así como también para las formas de vida de la humanidad en su devenir planetario e histórico. En tal sentido, el paradigma alude al problema de la relación entre el saber, el poder, la sociedad y la naturaleza. Puede hipotetizarse que las grandes épocas históricas implican profundas reorganizaciones paradigmáticas. Cambiar de paradigma implica no sólo una transformación del marco de pensamiento sino del propio mundo en el que se vive.La comprensión del nivel específicamente paradigmático de la obra de Edgar Morin permite eludir y superar ciertas dicotomías que se han instaurado de modo poco fértil en el campo de la complejidad, como por ejemplo la oposición entre pensamiento complejo y ciencias de la complejidad o entre pensamiento complejo y metodologías de investigación empírica. A pesar de la importancia que la noción de paradigma ocupa en su obra, Edgar Morin no ha desarrollado una estrategia metodológica para la investigación histórica, filosófica y científica de los paradigmas. Éste constituye uno de los principales desafíos para quienes están comprometidos con el desarrollo del pensamiento complejo como programa de investigación y como práctica política en la vida cotidiana. La distinción entre el paradigma de la complejidad y paradigma de la simplificación resulta valiosa pero insuficiente para una analítica de los paradigmas. Para superar este problema se sugieren tres vías: la indagación genealógica desarrollada por Michel Foucault para la problematización de los sistemas de pensamiento (nivel filosófico); el análisis histórico-crítico de la construcción del conocimiento realizado por la epistemología genética (nivel histórico); y las metodologías de investigación de las creencias y los sistemas de ideas desplegadas en el campo de la psicología social (nivel científico). Asimismo, se proponen cuatro niveles para la investigación de los paradigmas: el nivel individual, el nivel grupal o micro-social, el nivel societal y el nivel civilizatorio. En cada uno de estos niveles, se rescatan aportes de distintas ciencias y disciplinas para hacer operativa una indagación empírica de los paradigmas: el concepto de modelo mental (nivel individual), el concepto de representaciones sociales (nivel grupal), el concepto de sistema de creencias (nivel societal) y el concepto de cosmovisión o weltanschauung (nivel civilizatorio).Tras esta andadura, el trabajo problematiza la formación socio-histórica de dos grandes paradigmas en el nivel civilizatorio: el sistema de pensamiento del mundo antiguo y el sistema de pensamiento del mundo moderno. La tesis defendida afirma que mientras el paradigma civilizatorio del mundo antiguo se fundó en una alianza bio-antropo-cósmica que permitía dar sentido al mundo e inscribir la humanidad en una relación de armonía con la naturaleza y la vida; el paradigma civilizatorio del mundo moderno afianzó la disyunción entre la naturaleza, la vida y la humanidad. Por lo tanto, se hipotetiza que la crisis civilizatoria contemporánea entendida como crisis paradigmática es, fundamentalmente, una crisis del sistema de pensamiento moderno que se manifiesta como una dificultad para dar sentido a la complejidad del mundo. Además de explorar las implicancias sociales, epistémicas, éticas y políticas del paradigma moderno, el trabajo explora la posibilidad de interrogar el discurso político-filosófico de la complejidad como estrategia para la construcción de un paradigma civilizatorio alternativo.Este trabajo de problematización conduce a una reflexión sobre la noción de tiempo y devenir como categoría epistemológica y política para una analítica de los paradigmas. La tesis central del trabajo afirma que las bases paradigmáticas del sistema de pensamiento moderno se sustentaron en los principios de la disyunción y la búsqueda de la certidumbre. La idea moderna de progreso expresa la confianza en la razón, la ciencia y la técnica para la construcción de un futuro mejor. Los grandes discursos político-filosóficos de la modernidad dieron sentido al mundo a partir de una representación de futuro anclada en una racionalidad simplificadora que afirmaba la certidumbre. Así, se construyeron los grandes conceptos límites que organizaron el discurso político del siglo XX: revolución, desarrollo, bienestar, libertad. La dificultad de la política actual para dar sentido al mundo contemporáneo no expresa sino una crisis más general de la racionalidad. Las distintas formas de nihilismo posmoderno no constituyen una alternativa factible puesto que no apuntan tanto a una regeneración de la racionalidad sino a su abandono. El riesgo político del discurso posmoderno es la profundización de la fragmentación, la incomprensión y la intolerancia. En este escenario, se visualiza el desafío estratégico de regenerar una racionalidad abierta a la complejidad y la incertidumbre. La construcción de una racionalidad política compleja es un desafío paradigmático que resulta crucial para volver a pensar la noción de futuro como espacio de posibilidades ligado a la incertidumbre y la complejidad del devenir. Esta construcción política del futuro puede ayudarnos a dar sentido al mundo y regenerar la esperanza. Éste es el desafío ético y político con el cual el pensamiento complejo interpela la actualidad de nuestro presente.