INVESTIGADORES
GORDON Florencia
congresos y reuniones científicas
Título:
Perspectivas teóricas para el estudio de la violencia interpersonal en sociedades de pequeña escala. El noreste de la Patagonia durante el Holoceno tardío
Autor/es:
GORDÓN, FLORENCIA
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Congreso; XVII Congreso Nacional de Arqueología Argentina; 2010
Resumen:
En el marco de la evaluación de una hipótesis que relaciona cambios ecológicos y niveles de tensión social se discute evidencia arqueológica, particularmente bioarqueológica, en el contexto de los estudios regionales. Se acepta que los motivos o causas próximas influyen sobre los patrones de violencia y que los mismos pueden ser observados y descriptos por los etnógrafos. No obstante, se considera que desde la antropología y la arqueología es interesante explicar cuáles son las causas últimas que subyacen a los motivos. Se cree que son éstas las causas que conducirán a las explicaciones e interpretaciones acerca de las soluciones de largo plazo implementadas por las poblaciones humanas ante determinadas situaciones de estrés. Además, se considera que estas causas últimas se relacionan con factores económicos, en un sentido amplio. Por lo tanto, la elección de un modelo u otro parece estar más en relación con cuestiones paradigmáticas de los investigadores que con la evidencia disponible o las escalas utilizadas. En este contexto, se toman a los modelos ecológicos y demográficos como los más adecuados, ya que estos factores (económicos en sentido amplio), estarían en la base de las situaciones de conflicto. Asimismo el modelo que dio origen a las hipótesis a evaluar relaciona cambios ecológicos con conductas de conflicto y tensión social de las poblaciones (Barrientos y Pérez 2004). El mismo presenta evidencia particularmente demográfica y ecológica. En este contexto fueron sugeridos procesos de expansión y dispersión poblacional en momentos previos al contacto hispano-indígena, aproximadamente entre (1.000 - 400 años AP) desde el NE de Patagonia hacia el SE de región Pampeana. Asimismo la concentración de entierros humanos en el NE de Patagonia es notable en ciertas áreas (valles inferiores de los ríos Chubut, Negro y Colorado; Martínez y Figuerero Torres 2000; Gómez Otero y Dahinten 1997/1998; Martínez et al 2006) lo cual conlleva ciertas implicancias organizacionales. Ha sido señalado que la presencia de estas áreas no es común entre cazadores recolectores y que pueden ser indicativas de reducción de movilidad residencial y aumento en el nivel de circunscripción espacial. Además estos fenómenos pueden vincularse con incrementos locales en la densidad demográfica y la eventual saturación de espacios requeridos. Si bien en Patagonia en general y en el NE de Patagonia en particular  la densidad poblacional fue baja, las evidencias indican concentración y nucleamiento en las áreas más productivas. En este marco podrían haber surgido diversos mecanismos dependientes de la densidad, entre ellos el incremento de conflictos a nivel intra e intergrupal. Por otra parte, el registro arqueológico evidencia que las poblaciones produjeron cultura material no vinculada con actividades de subsistencia, como adornos labiales y placas grabadas, lo cual puede ser interpretado como una señal de diferenciación social, pero a la vez, las similitudes de diseño por ejemplo, pueden reflejar el hecho de que las poblaciones compartan cierto código o unidad social. Es decir que en el modelo planteado por Barrientos y Pérez (2004) se considera principalmente evidencia demográfica y ecológica y, si bien se plantea la posibilidad de diferenciación étnica, esta parece ser más bien una posible consecuencia de modificaciones ambientales. Una vez comenzadas las modificaciones posiblemente hayan existido relaciones de retroalimentación entre ambas esferas. Dado que en el caso de estudio no se verifican diferencias significativas a través del tiempo cuando no se considera a los individuos con lesiones por armas blancas, tal vez otros mecanismos actuaron para la disipación de las posibles tensiones sociales existentes durante el Holoceno tardío. Esto no significa que la tasa de situaciones de violencia haya sido baja, sino más bien constante. Sin embargo, la misma experimentó un incremento significativo a partir del contacto con la sociedad colonial. Aquí vuelve a tener sentido la evidencia que indica nucleamiento poblacional en zonas que concentran recursos, y más aún si se tiene en cuenta que los niveles de lesiones traumáticas fueron significativamente más elevados en la zona del río Negro que en la del Chubut. En momentos etnohistóricos estos lugares fueron ocupados por ambas poblaciones, indígenas y occidentales, haciendo de estos lugares zonas de intercambio y comercio (e.g. Fuerte del Carmen). Por otra parte, estos resultados, cuestionan la premisa que asume que el conflicto es un mecanismo dependiente de la densidad poblacional. De hecho la existencia de numerosos ejemplos que cuentan con bajas densidades poblacionales y elevados niveles de violencia así lo sugieren (ver Keeley 1996). Sin embargo, en el NE de la Patagonia las evidencias sugieren concentración y nucleamiento poblacional más que un aumento en la densidad en términos absolutos. Entre ellas, la presencia de áreas formales de entierros con fechados que los ubican hacia el Holoceno tardío final, el aumento en la frecuencia de individuos con deformaciones craneanas de ese período como de la modalidad de enterratorios secundarios registrada para ese lapso y las evidencias de ingesta de vegetales, entre otros. Es decir, la concentración y nucleamiento en zonas productivas podrían ser los factores demográficos que de alguna manera hayan estado implicados en el aumento de las tasas de violencia más que la densidad medida en términos absolutos. Actualmente estos resultados están siendo comparados con muestras de regiones vecinas con el fin de extraer conclusiones en una escala geográfica más amplia. Desde una perspectiva teórica, si bien los motivos o causas próximas pueden moldear las relaciones y muchas veces constituyen la base de las explicaciones, se considera que éstas son soluciones de corto plazo. Lo que aquí interesa es comprender cuáles son las causas últimas que subyacen a los motivos en el proceso de evolución y adaptación de las sociedades humanas. En este sentido, se espera que el registro arqueológico nos permita la comprensión de los procesos más allá de las explicaciones inmediatas. Por supuesto que esto no significa que los motivos o causas próximas no tengan importancia, pero se considera que no debería perderse de vista cuál es el papel que juegan en las explicaciones más allá de las diferentes perspectivas.