Creer o no creer. Filosofía y religiosidad en Spinoza y Deleuze

AXEL CHERNIAVSKY

Jornada; Jornadas “Baruj de Spinoza. Escrituras y lecturas”; 2011

Tras haber dedicado una vida a comentar las filosofías de otros e intentar elaborar una propia, Gilles Deleuze, emprende el proyecto de definir la filosofía en su generalidad: ¿Qué es la filosofía?, pregunta el libro de 1991. Si bien el trabajo se avoca sobre todo a distinguir la filosofía de la ciencia y el arte, no deja de lado lo que la diferencia de la religión: “hay religión cada vez que hay trascendencia (…), hay filosofía cada vez que hay inmanencia” . En este sentido, no todos los sistemas que comúnmente llamamos “filosóficos”, son filosóficos por igual. Todo depende de a qué punto hayan “realizado la inmanencia”. Pero hay uno de ellos que, por el mismo motivo – por haber pensado un ser absolutamente inmanente a sus determinaciones – supera a todos. Es el de Spinoza, que por lo tanto es bautizado como “el príncipe de los filósofos” . Ahora bien, el concepto hace algo más que distinguir una actividad de la otra, pues las vuelve irreconciliables. Es en este sentido que podemos preguntar si con él es posible agotar la reflexión acerca de la relación entre la filosofía y la religión, si las dos actividades son irremediablemente excluyentes. Es una pregunta que vale la pena plantear con los dos autores, no sólo por motivos historiográficos y bibliográficos, no sólo porque lo que está en juego no es un corpus u otro sino una lectura. Tiene sentido plantearla en los dos autores porque, siendo de corte metafilosófico, cada sistema podrá funcionar como un caso, y siempre es mejor disponer de dos que de uno, pudiendo ser uno sólo una mera excepción.