Voz y cuerpo

MILONE, MARÍA GABRIELA

Quince. Antología de poetas mujeres de Córdoba.

tintadenegrosediciones

Lugar: Córdoba; Año: 2010; p. 5 - 11

Comenzar por lo que acaso no se debería decir, empezar por una negación ¿será un mal presagio?, ¿una imposibilidad disfrazada de reflexiones?, ¿un juego inútil que nadie sabe jugar? Porque ciertamente habría que comenzar diciendo que ante esta antología (ópera prima de la flamante editorial tintadenegros) acaso el lector no debería sentirse tentado a pensar en algo así como una generación, o un género (incluso en los dos sentidos que la noción de ?género? puede adoptar aquí, vale decir: poesía como ?género? y poesía ?de género?). Debería más bien pensarse (al menos eso es lo que nos proponemos) en particularidades, en singularidades que se vinculan, se unen (libremente, acaso ?quién sabe- caprichosamente) en la intimidad más desnuda de la escritura, de la experiencia de la escritura. Quisiéramos pensar entonces más en voces, en voces que se ponen en eco en estas páginas, donde sonidos, matices, ritmos, apenas algunas tonalidades, se rozan, se interponen, se diferencian, se destacan, se ondulan en el movimiento pendular y rítmico de la piel del lenguaje. Acaso sea un tópico el del cuerpo para recorrer una antología poética y completamente integrada por mujeres. Pero con todo lo que pueda decirse, sabemos que el cuerpo es una deflagración, como lo pensó J-L Nancy; y es por eso que no podemos dejar de sentir ese impacto en la escritura, esa presencia de lo que, a veces como desconocido y otras como única certeza, aparece siempre como lo incontrolable, lo que incluso suele convocar la impersonalidad de la lengua. A partir de esta antología, no quisiéramos entonces hacernos esa vana pregunta por si existe algo que pudiera denominarse como escritura "femenina". Sino más bien sería interesante preguntar si existe algo así como una "escritura poética", pregunta que no quisiera llevarnos a cuestiones formales, estructurales, retóricas; sino a pensar en singularidades, en voces que deberían escucharse íntimamente en su propia tonalidad y entonación. Ese tono común que creemos puede oírse en estas voces ?incluso cuando no pueda siquiera ingenuamente plantearse que haya algo en común entre todas estas voces- podría ser el que está dado incluso por algo "mudo": el cuerpo. Algo mudo pero cruzado por voces, algo profundamente callado pero íntimamente pronunciado. La pronunciación de lo que cada voz dice como ?cuerpo? es lo que puede oírse como un murmurio, un susurro extraño que dice algo de la particularidad de esa escritura poética por la que nos preguntamos.