Una valija y un carnet. El lugar del Partido Comunista en el exilio argentino

CASOLA NATALIA

Exilio, represión y militancia. Nuevas fuentes y nuevas formas de abordaje de los destierros de la Argentina de los años setenta?

UNLP

Lugar: La Plata; Año: 2014; p. 41 - 70

Desde el momento que se produjo el golpe de Estado en Chile, el Partido Comunista vernáculo comenzó a pronosticar que Argentina marchaba hacia un desenlace parecido, siempre que los sectores democráticos del país no aunaran fuerzas para sostener al gobierno peronista. El paso del tiempo y la profundización de la crisis política, fue alejando esta posibilidad y los llevó a plantear el ?viejo? programa de la ?convergencia cívico militar?. El golpe del 24 de marzo de 1976 no alteró esta posición porque la dirección del partido caracterizó que, al menos por el momento, el ?pinochetismo? no había triunfado. Desde entonces la tarea consistía en apoyar ?tácticamente? al gobierno de Videla, considerado un militar ?moderado?, ?dialoguista?, alguien a quien se podía plantear la perspectiva de cogobierno civil-militar en pos de una futura normalización institucional. Esta lectura inicial, fue sostenida hasta casi el final de la dictadura y moldeó todas las prácticas militantes del partido en aquellos años transformándose también en la base para comprender la política de los comunistas ante el exilio, el propio y el ajeno. El presente trabajo analiza el lugar del PC en los diferentes tramos y tramas por los que transitó el exilio argentino. Considera la situación de sus propios militantes, oscilantes entre el imperativo partidario de quedarse y la necesidad y la posibilidad de irse, pero también examina la relación entablada con otros actores, organizaciones en el exilio, partidos políticos de otros países, además de las complejas redes del comunismo internacional, incluyendo a la Unión Soviética, sabido aliado de la dictadura militar.