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La Creencia en un Mundo Justo ha sido conceptualizada por Lerner y se refiere a que el mundo es un lugar justo donde cada uno obtiene lo que merece. Se trata de la apropiación individual de una creencia ideológica que justifica y legitima las injusticias sociales. Cumple la función de garantizar la estabilidad del entorno y, por lo tanto, tiene consecuencias favorables a nivel individual, sin embargo, sus consecuencias son desfavorables a nivel social, porque culpabiliza a las victimas de injusticias sociales y se encuentra asociada positivamente con actitudes autoritarias y discriminatorias. Por ello, es importante comprender el proceso de desarrollo por el cual los sujetos se apropian de esta creencia colectiva. Además, hasta el momento solo ha sido indagada en sujetos adultos y no se han encontrado antecedentes dedicados al estudio de los mecanismos responsables de su génesis y de su mantenimiento. La investigación que aquí se presenta tiene por objetivo describir su desarrollo en niños y adolescentes escolarizados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (n=135) mediante el uso del método clínico-crítico piagetiano y la Escala de Creencias en el Mundo Justo, diseñada por Rubin y Peplau. Los resultados obtenidos indican que, si bien la Creencia en un Mundo Justo se encuentra presente en todas las edades indagadas, los argumentos utilizados para justificarla se complejizarían con el desarrollo cognitivo, pasando de la justicia inmanente a la naturaleza, a la reciprocidad social y el mérito personal. Los diferentes argumentos hallados darían cuenta de un proceso de reconstrucción individual de una creencia social. Además, su carácter social se sustenta en haber encontrado una correlación positiva entre su presencia y el nivel educativo de los hogares de los sujetos. Se concluye que esta creencia colectiva operaría como una restricción sobre el desarrollo cognitivo individual, orientándolo aunque no determinándolo.

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