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Desde los comienzos de la psicología como disciplina la cultura ha ocupado un lugar más o menos destacado en la explicación de la constitución de las funciones psicológicas. Sin embargo, el término cultura presenta significados heterogéneos en las distintas corrientes del pensamiento psicológico. Este trabajo se propone analizar tales sentidos centrándose en los aportes de Vigotsky y sus discípulos como Wertsch y Rogoff; la psicología cultural estadounidense liderada por Cole y los estudios de Shweder, que ocupan un lugar destacado en la reconsideración del desarrollo cognoscitivo en términos de las prácticas culturales. Asimismo se analizará críticamente el recurso a la cultura por parte de la psicología neoinnatista. Más aún, se discutirán las consecuencias que derivan de la exclusión de esta categoría, como es el caso de la psicología piagetiana. Se concluye que en muchos casos este término se ha utilizado con un predominio de rasgos derivados del sentido común, lo que va de la mano con la ausencia de rigor en las definiciones. Finalmente se propone una perspectiva sistémica para el examen de las relaciones entre cultura y desarrollo psicológico, que tome distancia del sentido común. Se destacan como promisorios aquellos aportes que presentan al individuo y la sociedad, el funcionamiento mental y el escenario cultural como polos opuestos que interactúan entre sí, evitando los escisionismos propios de la psicología del siglo XX.

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