INVESTIGADORES
SPLENDIDO Mariano Agustin
congresos y reuniones científicas
Título:
Profetas, exaltados y mártires. Simpatías pro-montanistas en ficciones proto-católicas (170-180 d.C.)
Autor/es:
SPLENDIDO, MARIANO
Lugar:
Capital Federal
Reunión:
Jornada; IIº Jornadas Interdisciplinarias de Jóvenes Investigadores de la Antigüedad Grecolatina.; 2013
Institución organizadora:
Facultad de Filosofia y Letras, Universidad de Buenos Aires.
Resumen:
La aparición del montanismo fue un fenómeno discreto y anclado en una interpretación escritural que nada tenía de extraño ni de innovador. Montano, Maximila, Priscila y las primeras figuras del movimiento no promovieron una ruptura con las jerarquías ni se rebelaron tajantemente como había hecho Marción hacia mitad de la década de 140. La Nueva Profecía nació de una tradición cristiana asiática que reivindicaba el profetismo desde los tiempos apostólicos. Pese a que este era un carisma en desuso en occidente y en ciertos sectores de Siria-Palestina, la crisis del final del gobierno de Marco Aurelio empujó a las comunidades asiáticas a reivindicar los mecanismos proféticos como una forma de comprensión de la realidad vigente. A la par, la recuperación carismática puede analizarse como una respuesta a lo que los cristianos de oriente consideraban el secularismo occidental. El crecimiento económico de la iglesia de Roma, apoyada por ricos patronos, y el abandono de ciertas tradiciones para fomentar el beneplácito imperial provocaron descontentos entre varios sectores del este. La profecía era un elemento de los orígenes de la fe, una forma de expresión divina que aparecía como opuesta a la subordinación a las autoridades. Cuando el reconocimiento social de la profecía se consolidó, quienes primero sintieron una pérdida de poder fueron las jerarquías episcopales. La postura que obispos, diáconos y presbíteros tomaron en relación al creciente prestigio de este carisma los dividió en dos bandos. Estaban quienes apoyaron las manifestaciones de los profetas y aquellos que los acusaban de estar poseídos por espíritus impuros. Este conflicto tuvo durante dos décadas (160-180) un carácter interno, es decir que solo afectó a las iglesias de Anatolia. Los documentos escritos para analizar al montanismo provienen de tres vertientes. En primer lugar tenemos la literatura opositora a la Nueva Profecía, que apareció recién en la década de 180. Por otro lado están los textos procedentes de los adherentes al montanismo, quienes recurrieron a la puesta por escrito de los oráculos de sus profetas. En tercer lugar tenemos una serie de escritos cuyo medio de producción radica en sectores populares alineados mayoritariamente con los obispos opositores al montanismo. Probablemente, como veremos en ciertos casos, estos documentos fueron redactados por miembros secundarios de la jerarquía, los cuales volcaron en ellos un sentimiento local que expresaba claramente el conflicto de adhesiones que supuso la Nueva Profecía con su propuesta carismática. Nuestro análisis se centrará en esta literatura de corte ambiguo, cuyas posturas filoepiscopales se conjugan con una reivindicación de la profecía y de ciertos postulados impulsados por los montanistas. Los documentos que trabajaremos son todos producto de manos asiáticas y corresponden al periodo comprendido entre los años 176 y 180: Hechos de Pablo (HchPab), Martirio de los cristianos de Lyon y Viena (conservado por Eusebio) y Martirio de Policarpo (MartPol). Nuestro objetivo es observar las tensiones intraeclesiales a través de esta literatura de ficción e identificar algunos de los parámetros de acción del creyente del común, cuya identidad cristiana se vio sacudida por la Nueva Profecía.