INVESTIGADORES
SAL MOYANO Maria Paz
capítulos de libros
Título:
Evolución Biológica.
Autor/es:
LASSO M.; LIEBANA S.; QUIÑONES A.; NICOLAO C.; DI MEGLIO L.; GONZALEZ A.; VERA F.; MAPELLI F.; MARCOS A.; D’IPPOLITO S.; MAGGI M.; SAL MOYANO M.; STELLATELLI O.
Libro:
Introducción a la Biología: Trabajos prácticos 2009
Editorial:
MARTIN
Referencias:
Lugar: Mar del Plata; Año: 2009; p. 125 - 138
Resumen:
Durante siglos la humanidad sostuvo la idea de la creación divina de las especies, y su posterior conservación e inmutabilidad en el tiempo. Esta manera de ver la naturaleza fue conocida como fijismo. Recién a principios del siglo XIX (más precisamente en 1809), Jean Baptiste Lamarck (1744-1829) presentó la primera teoría explicativa sobre los procesos evolutivos. Su obra fue publicada en Filosofía zoológica en 1809. La Teoría estaba fundada en la tesis de la transmisión hereditaria de los caracteres adquiridos por el uso y desuso de los órganos como respuesta a estímulos externos. En el mismo año en que Lamarck publicaba su libro, nacía en Inglaterra Charles Darwin (1809-1882), quien en 1834 inició un viaje alrededor del mundo a bordo del Beagle, que seguramente fue la fuente de inspiración para la elaboración de su Teoría de la evolución. Esta Teoría fue plasmada en un libro denominado El origen de las especies publicado en 1859. Darwin sentó las bases para una nueva manera de entender la evolución biológica. A través de su trabajo permitió sustituir la idea de predeterminación de la naturaleza por los conceptos de azar y necesidad. Darwin realizó una presentación pública de su Teoría en la Linnean Society de Londres mencionando como codescubridor de la misma a otro británico, Alfred Russel Wallace (1923-1913), que es conocido por haber llegado al concepto de selección natural (central en la Teoría de la Evolución) independientemente de Darwin. Pero la teoría de la evolución, tal como la formulaban Darwin y Wallace, carecía de un mecanismo explicativo para el proceso de la herencia. Los avances en el campo de la genética hicieron posible explicar lo que Darwin no pudo hacer en su teoría. Así, en la segunda década del siglo XX, Fisher, Haldane y Wright demostraron que la herencia mendeliana y la selección natural eran compatibles. A la síntesis entre estas dos ideas principales se la denominó Teoría Sintética de la Evolución (TSE). Esta teoría pudo explicar el origen de la variabilidad y los mecanismos de la herencia. También propuso mecanismos de formación de nuevas especies (especiación), y abrió el campo a nuevas investigaciones que permitieron considerar además de la mutación y la selección natural, otras fuerzas evolutivas, tales como la migración y los eventos azarosos.