INVESTIGADORES
SCHERE Maria Jimena
libros
Título:
Sófocles. Edipo rey, Edipo en Colono, Antígona
Autor/es:
SCHERE, MARÍA JIMENA (INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN, NOTAS)
Editorial:
Colihue
Referencias:
Lugar: C. A. Buenos Aires; Año: 2008 p. 270
ISSN:
978-950-563-028-8
Resumen:
Resumen de la introducción: La acción en Edipo rey avanza a partir del paulatino proceso de reconocimiento de una verdad oculta. La verdad se reconstruye a partir de las declaraciones sucesivas de los distintos personajes, que en un principio parecen no tener conexión entre sí, pero que finalmente se revelan como fragmentos de una misma zaga. Cada personaje conoce una parte de esa verdad. En definitiva, Edipo rey es la historia de la reconstrucción de una historia. Con los fragmentos de los relatos de los testigos, Edipo construye un relato unitario: el de su biografía velada, el pasado que ignora, aquello que ha quedado fuera de la versión sofoclea. Edipo Rey pone en escena la relación del hombre con una verdad que, a pesar de todo, siempre se le escapa. La pieza avanza sobre el planteamiento y la resolución parcial de enigmas, que nunca agotan el misterio, porque detrás de una incógnita resuelta siempre aparece otra, una nueva etapa del reconocimiento. La verdad en Edipo rey no es otra cosa que una cadena de enigmas. Incluso la muerte de Edipo, en Edipo en Colono, será tan enigmática como su vida:    el viejo Edipo no muere sino que desaparece ante la mirada atónita del rey Teseo. El lenguaje del héroe en Edipo Rey también se construye como un enigma. Edipo utiliza las palabras de un modo que resulta equívoco para sí mismo, porque ignora el verdadero valor de sus expresiones hasta el final de la obra. Edipo es un incomunicado consigo mismo. En Antígona, a diferencia de Edipo rey, la incomunicación se da entre los distintos personajes. En toda  la obra predominan los largos discursos. Si en Edipo rey prevalece la acción ininterrumpida y lineal, en Antígona domina la palabra discursiva. La obra es un paradigma de debate ciudadano, una cadena de discusiones en las cuales nadie convence a nadie. El arte de la retórica, tan exaltado por los griegos, fracasa. Las posiciones resultan irreconciliables: un diálogo de sordos, una guerra de lenguajes. Esa incomunicación terminará en tragedia. Antígona marcha a la muerte de manera consciente y encuentra su límite infranqueable en la ley del gobernante; se destruye a sí misma de modo voluntario por enfrentarse con la alteridad humana. Antígona, en definitiva, representa el conflicto del hombre contra la alteridad, sea divina o humana. En la pieza se contraponen la figura del gobernante seguro de sí, que niega la palabra, el saber y el poder del otro -y al negar la alteridad se destruye a sí mismo- y la figura del ser sacrificial, que encerrado también en su propio discurso se autodestruye por no renunciar a su palabra. (Adjunto introducción completa).