INVESTIGADORES
SCHERE Maria Jimena
congresos y reuniones científicas
Título:
Humor y complicidad: el problema del blanco cómico en Lisístrata
Autor/es:
SCHERE, MARÍA JIMENA
Lugar:
Córdoba, Escuela de Letras. Fac. de Filosofía y Humanidades, Univ. Nacional de Córdoba.
Reunión:
Jornada; II Jornadas Internacionales de Estudios Clásicos. Ordia Prima: "Sexo, cuerpo, género y saber en la antigüedad grecolatina".; 2009
Institución organizadora:
Ordia Prima y Escuela de Letras, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba.
Resumen:
En la comedia Lisístrata Aristófanes pone en escena una serie de estereotipos cómicos sobre las mujeres, como por ejemplo su inclinación al engaño. De este modo, retoma la tradición satírica que tiene su mejor representante en el Yambo de las mujeres de Semónides. Según Taaffe (1993), Lisístrata celebra la masculinidad, al espectador ideal masculino y muestra el absurdo de la actuación de las mujeres en la vida pública. Sin embargo, si bien las mujeres constituyen un blanco de burla insoslayable, desde nuestro punto de vista, el blanco central de la obra es la política belicista masculina, es decir, los ciudadanos, los verdaderos actores sociales que determinan el rumbo de la pólis. La sátira contra las mujeres no representa de ningún modo el eje de la pieza, sino que forma parte de una estrategia discursiva: Aristófanes se vale de este tópos cómico tradicional como una estrategia retórica para darle mayor consenso a su nuevo blanco privilegiado, blanco mucho más controvertido que el motivo cómico de las mujeres, quienes estaban excluidas de la ciudadanía y, por lo tanto, carecían de poder político. De este modo, a partir del tópos cómico femenino, el autor genera la complicidad necesaria que la risa requiere (Bergson, 1900) y se desplaza, entonces, desde un blanco compartido hacia un blanco menos consensuado y más problemático: el blanco político, la asamblea de ciudadanos, sus líderes y sus decisiones sobre la guerra. La figura de Lisístrata se contrapone a la de los líderes contemporáneos que apoyaban la guerra y se presenta como una figura dignificada (MacDowell, 1995), como una heroína cómica (Whitman, 1964). Sin embargo, concluimos que la comedia no constituye un elogio de las mujeres, ni una burla centrada en ellas, sino que se vale del mencionado tópos cómico para ganar la adhesión de una audiencia compuesta fundamentalmente por hombres.