INVESTIGADORES
GIAVEDONI Jose Gabriel
congresos y reuniones científicas
Título:
¿En qué momento se jodió esto? El neoliberalismo y la construcción de una democracia devaluada
Autor/es:
GIAVEDONI, JOSÉ G.
Lugar:
Rosario
Reunión:
Workshop; II Workshop Internacional, V Nacional. Estado, gobierno y control social ?Debates sobre precariedad y resistencias en el capitalismo neoliberal?; 2019
Institución organizadora:
Programa de Estudios Gubernamentalidad y Estado (PEGUES)
Resumen:
Una de las novelas más renombradas del escritor peruano Mario Vargas Llosa, Conversaciones en La Catedral, escrito durante la década del 60 y publicada en 1969, comienza con su personaje, Santiago, haciendo la pregunta que organiza todo el texto: ?¿en qué momento se había jodido el Perú??. El relato de la novela sucede durante la dictadura militar de Manuel Odría quien tuvo en sus manos los destinos del Perú entre 1948 y 1956, el ochenio de prohibiciones, censuras, presos políticos, exilios y corrupción. Por lo tanto, nobleza obliga, esa pregunta se la formula el personaje enmarcado en un régimen dictatorial de América Latina. Sin embargo, se trata de un interrogante que lo podríamos comprender como expresión de un momento. Los ?30 gloriosos? comienzan a evidenciar problemas, la música comienza a ser más introspectiva, la guerra de Vietnam está dejando un reguero de muertos, América Latina se encuentra bajo las botas militares y la Doctrina de la Seguridad Nacional convierte a todxs en sospechosxs. Así, hacia finales de los 60 y comienzos de los 70 aparece cierto pesimismo que encuadra y hace inteligible la pregunta de Santiago, ?¿en qué momento se jodió todo esto??, y uno de los ejes que organiza ese pesimismo es la cuestión de la democracia. La pregunta sobre el momento en que se ha jodido el Perú o el mundo trae aparejado el reconocimiento que en algún momento anterior no se estuvo jodido, que existieron aspiraciones y que, por razones que se pretender aclarar, en algún punto del tiempo se frustraron. Esta pregunta de incomodidad, disconformidad, molestia parece impregnar gran parte de la atmosfera de aquel momento entre fines de la década del ?60 y el ?70, que se cristaliza en ciertos monumentos en ésta última década. Pero si lo nuestro es una preocupación presente, ésta no toma forma si no es a través de las múltiples formas y pliegues que fue asumiendo en el tiempo. Como lo acabamos de mencionar en la cita anterior, la historia no supone ser la memoria de lo que pasó, sino la reconstrucción de sus efectos múltiples en nuestros cuerpos, en nuestros modos de relacionamiento, en nuestros modos de sentir y pensar. Por esta razón, para poder pensar el lugar de la discusión en el que ubicamos la democracia hoy, es necesario reconstruir los planos por los que ha atravesado hasta llegar a nosotros. Esta reconstrucción, esta suerte de genealogía se pretende hacer a través de dos caminos con la intención de desempolvar esos monumentos que suelen ser abordados como parte de una historia pasada, vetusta pero que encierran las claves que evidencian las fibras sensibles de nuestro propio presente. Por un lado, abordar dos documentos claves para comprender la jerarquía de la democracia en los ?70. Uno es el documento de 1975 de la Trilateral Comision, el otro es el texto publicado por Ricardo Zinn en 1976 titulado La Segunda fundación de la república. Ambos textos comparten una época y ambos se expresan sobre los problemas que acarrea la democracia. Desde luego que cada uno debe ser comprendido en función del contexto específico en el que fue producido. Pero nuestra intención está en dar cuenta de una suerte de clima de época que emparentaría estos dos discursos que, en lo inmediato, parecen alejados y sin relación.Por otro lado, hurgar en las discusiones que sobre la democracia emprende el pensamiento neoliberal y, en particular, uno de los exponentes de la escuela austríaca que ha realizado todo el itinerario de estancias en las escuelas de economía más referenciadas en economía liberal: Friedrich Hayek. La construcción de una manera de comprender la democracia, vaciada de sustancia y de su elemento agonal , reducida a un mero método de selección de gobernantes, tiene en Hayek uno de sus defensores.