CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

Si se ha naturalizado con tanta premura el paisaje urbano de la marginalidad y la pobreza, que tanto o más naturalizado ha sido el rol que le compete al Estado y se le ha conferido con respecto a ello. Nuestro interés está en evidenciar la naturalidad con que se piensa el rol que el Estado debe asumir frente a estos problemas, es decir, la racionalidad política de la carencia que coloca al Estado, en ciertos momentos, en posición de dama de socorro y de caridad. La mejor prueba se encuentra en aquello que se le demanda, lo que se le exige al Estado, ya no nos encontramos ante reclamos de derechos, sino que prevalece y la palabra pública se constituye como denuncia de carencias: no se reclama por el derecho a la vivienda sino que se denuncia la ausencia de chapas; no se reclama por el derecho al trabajo sino que se denuncia el bajo monto y la escasa cantidad de subsidios o, a lo sumo, se solicitan contraprestaciones; no se reclama por una vida digna sino que se denuncia la mala calidad de los productos que contiene una caja alimentaria. La pregunta que guía este trabajo es: ¿cómo se gobierna actualmente la carencia, y en que tipo de racionalidad política se enmarcan esas diferentes tecnologías de gobierno? Ahora bien, la particularidad del gobierno de la carencia y de la racionalidad política que la acompaña, se encuentra en la particular forma que asume lo estatal y lo social: la gestión de la miseria por parte de las autoridades políticas por un lado, a través de los subsidios, a través de los planes sociales, a través de las bolsas de trabajo, y por otro lado, depositar en los gobernados gran parte de su responsabilidad por la subsistencia (la provisión de agua, de energía eléctrica, de tierra y vivienda), un papel asumido como propio por parte de los sujetos que se gobierna. En resumen, el gobierno de la carencia implica una intervención por parte del Estado pero con una finalidad ligada más bien a la contención de la situación de marginalidad que a su corrección, como lo manifiestan las políticas llevadas a cabo en el marco del Programa Hábitat y del Programa Crecer, al mismo tiempo que los múltiples Programas Sociales.

enviar mensaje