INVESTIGADORES
GIAVEDONI Jose Gabriel
congresos y reuniones científicas
Título:
Lo social como problema y la economía social como dispositivo. La experiencia regulatoria de la economía social en Argentina
Autor/es:
GIAVEDONI, JOSÉ G. Y CAMPANA, MELISA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; III Coloquio Latinoamericano de Biopolítica y I Coloquio Internacional de Biopolítica y Educación; 2011
Institución organizadora:
UNIPE Universidad Pedagógica de Buenos Aires
Resumen:
La cuestión social clásica, tal como fuera planteada a partir del siglo XIX, es comprendida como una falta completa de adecuación entre los ideales promocionados por la República, por los nuevos Estados y las condiciones reales de existencia del conjunto de trabajadores. La cuestión social implicaba de esta forma, señalar la brecha entre los ideales de igualdad, libertad y fraternidad con la realidad efectiva en el mundo del trabajo, el distanciamiento entre los nuevos fundamentos del orden político y la realidad del orden social. En este sentido, estaba íntimamente vinculada a la cuestión salarial, al trabajo, a la naturaleza y las condiciones del mismo. ?Lo social? tal como es trabajado por Donzelot alude a ese espacio donde se cruzan cuestiones políticas, morales y económicas. El problema que se enfrentaba y del cual emerge lo social, es el reconocimiento de la extrema fragilidad del fundamento del poder político y el sometimiento económico de la clase más numerosa. De esta manera, lo social aparecía en esa intersección, y una vez que la evidencia del contraste fue insoportable, la necesidad de intervenir sobre ese nuevo campo no se hizo esperar. El gobierno de lo social fue la respuesta a esa evidencia. Se promueve una manera de intervención, asistencia y contención de los sectores populares a través de lo que se llamará ?economía social?. Esto dará lugar a ??una nueva técnica política que concibe la necesidad como un medio para la integración social, y ya no como un principio de insurrección?, es decir, como una forma de incorporación. La economía social puede reconocerse en un conjunto de experiencias que se dieron en Argentina a partir de fines del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo XX, tales como las cooperativas y las mutuales, apoyadas sobre principios de solidaridad y ayuda mutua entre sus miembros, donde los inmigrantes europeos desempeñaron un papel de gran importancia en el despliego y desarrollo de las mismas. Sin embargo, el surgimiento de las experiencias actuales de economía social suelen inscribirse en un contexto particular, el de la crisis social de un modelo de desarrollo que eclosionó en 2001, con altos niveles de pobreza y exclusión social. Las experiencias de economía social en Argentina no pueden entenderse sin mencionar la nueva episteme en la que se enmarcan y se tornan inteligibles las intervenciones sociales: las teorías del desarrollo humano y el capital humano. A fines de la década del ochenta los organismos internacionales comenzaron a hablar de ?estrategias de alivio a la pobreza?, situando el énfasis en dos aspectos: por un lado, en las ?capacidades? de los pobres y la consecuente promoción de la participación y autogestión de la pobreza; por el otro, en los ?mínimos biológicos? como nivel de flotación de la tolerancia social para con la pobreza. De esta manera los vínculos primarios fueron cobrando sentido como generadores de ?activos? que, siendo utilizados en forma eficiente -mediante técnicas de empowerment, por ejemplo-, se constituirían en recursos para la autogestión de la pobreza. El discurso del desarrollo humano brinda un sustento teórico para pensar que la pobreza se puede resolver a partir de la potenciación de las capacidades individuales o comunitarias de los pobres y de las oportunidades que otorga un mundo basado en las libertades. La noción de capacidades, pilar de este discurso, revaloriza las ?destrezas? o ?habilidades? de los pobres, desde una mirada donde la falta de recursos se relativiza por las capacidades para conseguirlos, transformarlos o intercambiarlos. El actual Ministerio de Desarrollo Social de la Nación adscribe a este pensamiento y, si bien, el mismo se materializa institucionalmente en la década del ´90 en Argentina, no parece desprenderse de los documentos del Ministerio la pretensión de construir y consolidar un espacio alternativo de producción, distribución y consumo, dirigido a la construcción de relaciones sociales por fuera del marco regulatorio de la rentabilidad, no porque no lo tengan, sino porque se trata de experiencias inconexas, pensadas como residuales y hasta como forma de ingreso nuevamente al mercado formal. Es en este sentido que mencionábamos arriba la problematización de lo social como riesgo y al mismo tiempo como soporte de dispositivos de control