Condición Humana y Principio de Descentralización

LUCAS MARTÍN

Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Jornada; Primeras Jornadas de Teoría y Filosofía Política - CLACSO-EURAL-UBA (FCS).; 1998

CLACSO-EURAL-UBA (FCS).

La globalización no es un proceso unilineal; la complejización de la Modernidad no puede ser simplificada en ese solo término. Si bien aparece como un movimiento de individualización y universalización del sujeto, y con ello movida por la fuerza de “lo económico” y su flexibilidad, es innegable que existen resistencias. El resurgimiento de los nacionalismos, los comunitarismos, los nuevos movimientos religiosos, la agrupación de Estados-nación (MERCOSUR, Unión Europea, etc., que aunque su fundamento es económico, no es único factor), son algunos ejemplos. Quizá sea más apropiado hablar de regionalización macro (entre Estados nacionales) y micro (dentro de cada Estado, la reestructuración de sus niveles estadual, provincial y municipal). En el caso de los mercados comunes es significativo el peso de la dimensión geográfica (países conectados territorialmente entre sí). Pero la importancia del lugar se da más que nada en la resistencia que puede presentar “lo local” como aspecto constitutivo de la comunidad política. Pero no es resistencia por ella misma, dogmática, como se intentará demostrar en este trabajo la cuestión involucra el tema de la dignidad humana. Las transformaciones sociales contemporáneas llegan hasta las nociones de Tiempo y Espacio. En lo que sigue intentaré establecer un principio que defina, en esas dimensiones, las coordenadas de realización de la condición humana tal como la entiende Hannah Arendt. Primero, describiré la postura de Hannah Arendt sobre la condición humana, que es la base de todo este ensayo y sobre la cual habrá una especificación (vida activa periódica) requerida por nuestro tema; luego, tocaré el tema de las instituciones que son el nudo central que articula los dos términos que titulan este trabajo; en tercer lugar (el punto IV), me ocuparé de describir la crisis y su sentido radical, es decir, cuán lejos nos encontramos de realizar la condición humana digna; cuarto, “bajaré” el problema situándolo en el ámbito local; por último, en el parágrafo VI, explicaré, primero, el obstáculo de la cuadratura del círculo y, luego, las posibilidades concretas que presenta la institucionalización local para vencerlo. En las Conclusiones intentaré aunar las ideas y cerrar la intención del texto.