INVESTIGADORES
POBLETE Lorena Silvina
congresos y reuniones científicas
Título:
El reconocimiento de los derechos de las trabajadoras domésticas en América Latina
Autor/es:
POBLETE, LORENA
Lugar:
Berlin
Reunión:
Seminario; La politización del cuidado en América Latina; 2023
Institución organizadora:
Lateinamerika-Institut Frei Universität Berlin
Resumen:
El Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), adoptado en junio de 2011, que entró en vigor el 5 de septiembre 2013, representa sin lugar a dudas un hito mayor en el proceso de reconocimiento de derechos laborales y sociales de las trabajadoras del hogar. Históricamente, y a nivel global, este sector se caracterizó por relaciones de explotación basadas en el uso generalizado de formas diversas de servilismo y cuasi-esclavitud. Es por ello que la instauración de un instrumento de derecho internacional destinado a regular este sector necesitó de un enorme movimiento internacional, integrado por confederaciones de sindicatos de trabajadoras domésticas de distintas regiones del mundo y federaciones internacionales. Asimismo, el movimiento se alimentó del activismo de ONG y contó con el soporte de federaciones internacionales de trabajadores que posibilitaron la campaña por los derechos de las trabajadoras domésticas a nivel global. Otro aliado estratégico de este movimiento fue la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV) que, desde el interior de la OIT, promovió la adopción de un convenio, acompañado de una recomendación. La peculiaridad de este instrumento reside precisamente en que fue concebido “desde abajo hacia arriba”, para luego difundirse a través de dinámicas de gobernanza a múltiples niveles. Este convenio no es el primer intento de la OIT por regular el trabajo del hogar. Ya en la 20ava Conferencia Internacional del Trabajo (CIT), en 1936, se planteó la posibilidad de establecer lineamientos para la regulación de esta actividad. En 1948, en la 31ava CIT se adoptó una resolución en la cual se solicitaba que se incluyera al trabajo doméstico en el orden del día de las conferencias venideras. Pero fue recién en 1965, que la CIT adoptó una resolución en la que se reconoció la “urgente necesidad” de establecer estándares mínimos para el sector. Sin embargo, a pesar de que se enfatizó en la necesidad de instaurar un modelo regulatorio específico, no hubo ninguna propuesta hasta 2008. Fue necesario un movimiento multiactoral de alcance global para que los engranajes de la OIT comenzaran a moverse.La participación de los distintos colectivos de trabajadoras domésticas fue crucial tanto en los años previos a la elaboración del convenio como durante las conferencias de 2010 y 2011. Las trabajadoras del hogar estuvieron presentes en todos los debates donde se discutieron los derechos que serían incorporados al convenio y la manera en la que podían implementarse a nivel nacional. Incluso, algunas de ellas pudieron hablarle a la audiencia conformada por asociaciones de empleadores, representantes de los gobiernos y federaciones nacionales de trabajadores. Aun siendo el trabajo doméstico una actividad realizada en solitario en los domicilios particulares de los empleadores, donde la dificultad de constituir colectivos de trabajadoras parece incontestable, las agrupaciones de trabajadoras domésticas jugaron un rol fundamental en la constitución de un espacio de visibilización y legitimación del reclamo de un estándar laboral internacional destinado específicamente al sector, así como en la elaboración, adopción y posterior ratificación del Convenio 189. En América Latina, los sindicatos y las agrupaciones de trabajadoras del hogar realizaron un importante trabajo de concientización y movilización también a nivel país, que se tradujo en la ratificación generalizada del Convenio 189. Entre los 36 países que lo ratificaron hasta ahora, 14 se encuentran en la región. Asimismo, las distintas organizaciones de trabajadoras domésticas, a través de alianzas con ONG locales, activistas feministas y legisladores de todo el espectro político, promovieron innovaciones normativas, empujando así a los Estados a mediar entre los intereses de los empleadores y los de las trabajadoras domésticas. Desde una perspectiva macro-sociológica, el capítulo busca mapear los cambios normativos ocurridos en América Latina en tres momentos distintos. El primero, entre 2000 y 2007, repone las regulaciones que resultaron de la movilización regional por los derechos de las trabajadoras del hogar. El segundo momento, entre 2008 y 2010, da cuenta de las reformas que, traccionadas por la preparación del convenio, tuvieron lugar mientras se consolidaba el movimiento internacional por los derechos de las trabajadoras del hogar. El tercer momento, entre 2011 y 2023, presenta las innovaciones normativas del período de mayor impacto del Convenio 189; esto es, a partir de su ratificación en distintos países de la región, y la posterior celebración de los diez años de su entrada en vigor. Esta periodización permite poner en evidencia el impacto de la adopción del Convenio 189 en las reformas normativas de la región.No obstante, solo en la mitad de los países bajo estudio las reformas se concentran exclusivamente en uno de los períodos señalados. Este es el caso de Ecuador y Uruguay que modificaron los marcos normativos del sector durante el primer período; de Nicaragua en el segundo; y de Colombia, México y Paraguay en el último. En los otros países, estas reformas se dieron de manera progresiva y gradual, por consiguiente, se extendieron a lo largo de dos o tres períodos. Por ejemplo, en Argentina, Brasil y Bolivia se introdujeron cambios durante el primero y el último. Argentina y Brasil instauraron modificaciones parciales durante el primer período, para luego establecer marcos normativos más abarcativos a partir de la adopción del Convenio 189. Contrariamente, Bolivia aprobó una ley específica para el sector durante el primero y luego realizó reajustes durante el último. En el caso de Chile, país que comenzó a introducir provisiones en la regulación relativa al sector a finales de los años 90, se realizaron cambios normativos importantes durante el segundo período, que luego se consolidaron en el último. Lo mismo ocurrió en Costa Rica. Perú, por su parte, introdujo reformas de distinto alcance durante los tres períodos. El universo de países estudiados se circunscribe a aquellos que hasta la fecha han ratificado el Convenio 189 y han modificado sus marcos normativos. Entre los países bajo estudio, el primero en ratificarlo fue Uruguay, en 2012. En los tres años siguientes, se produjo un proceso de amplia adhesión en la región. El convenio 189 fue ratificado por Bolivia, Nicaragua, Paraguay y Ecuador en 2013; por Costa Rica, Argentina y Colombia en 2014; y en 2015 por Chile. Luego, en 2018, fue ratificado por Brasil y Perú, siendo la última ratificación la de México, en 2020.Buscando dar legibilidad a las reformas normativas de estos doce países, el capítulo se focaliza en los cambios relativos a cuatro dimensiones: 1) la delimitación del tiempo de trabajo que implica el establecimiento de una jornada máxima diaria y mensual, descanso semanal, remuneración durante los días feriados, pago de horas extras y vacaciones; 2) la remuneración que incluye el nivel de los salarios, la forma de determinación, medio de pago y la compensación anual (aguinaldo); 3) la protección del contrato de trabajo que implica el período de prueba, el preaviso, la indemnización por despido y la protección de la trabajadora embarazada; y 4) las protecciones relativas a los riesgos sociales (seguro de salud, pensiones, seguro de desempleo, licencia por enfermedad y embarazo).Para esta investigación se utilizó una metodología cualitativa, fundamentalmente basada en el análisis de una base documental que incluye leyes, decretos, regulaciones y reglamentaciones relativas al trabajo en general que afectan de manera directa o indirecta a las trabajadoras del hogar, así como también la normativa específica del trabajo doméstico remunerado, y la de los sistemas de seguridad social (generales o especiales) de los doce países bajo estudio. Este análisis fue completado por la revisión de artículos de prensa, redes sociales y literatura especializada.