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Los raleos en bosques de lenga (Nothofagus pumilio) en fases de regeneración acortan los turnos de corta y mejoran la calidad del rodal. En el año 2006 se instaló un ensayo con el objetivo de evaluar diferentes intensidades de raleo en un bosque secundario de lenga desarrollándose en una Clase de Sitio IV (IS60: 9,8m) ubicado en Ea. Stag River (54°32 LS, 67°03 LO), Santa Cruz. Para esto se seleccionó un rodal puro y homogéneo de regeneración avanzada (densidad inicial de 16300±500 árboles/ha, 50±12 años de edad). En parcelas permanentes de 1500 m2 se efectuaron tres intensidades de raleo por lo bajo dejando 1050 (D1), 1700 (D2) y 2300 (D3) árboles dominantes/ha de buena sanidad y forma (podados hasta una altura de 4 m), y parcelas testigo sin ralear ni podar que en su estructura cuentan con 2000 árboles dominantes/ha. Todos los árboles se marcaron e identificaron, midiéndose anualmente el DAP. La estimación del volumen bruto con corteza se realizó a partir de ecuaciones locales. Los incrementos en DAP promedio del período 2006-2010 fueron de 2,4; 4,2; 4,1 y 2,9 mm/año para los árboles dominantes testigo, D1, D2 y D3, respectivamente. El máximo crecimiento diamétrico se observó al tercer año para los tratamientos siendo de 2,5; 5,6; 5,5 y 3,9 mm/año para los árboles dominantes testigo, D1, D2 y D3, respectivamente. Los crecimientos volumétricos fluctuaron de 7,5 a 9,5 m3/ha/año para los tratamientos testigo y D2, respectivamente. Los árboles de primera calidad (sanos y con flechas inferiores a 1,5 cm/m) representaron el 82, 74 y 65 % para D1, D2 y D3, respectivamente. Los resultados preliminares al cuarto año sugieren que para esta fase de desarrollo, la intensidad de raleo intermedia de 1700 árboles/ha es la que mayor incremento individual genera, duplicando el crecimiento diamétrico de los árboles dominantes testigo.

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