Acerca de la fuente estoica del dominio qua poder en Tomás de Aquino

SANTIAGO ARGÜELLO

Buenos Aires

Jornada; XV Jornadas Internacionales de Estudios Medievales y XXV Curso de Actualización en Historia Medieval; 2016

IMHICIHU y SAEMED

De los dos aspectos implicados en la noción tomística de dominio, propiedad y autoridad, el más relevante es el segundo, el de la relación mando/obediencia. En otras palabras, aquello que tiene que ver con la esencia del poder. El dominio así tomado es definido por Tomás (en el cap. 12 de su Comentario al libro de Dionisio Sobre los nombres divinos), como potestas continendi et coercendi subditos, esto es, potestad para mantener los súbditos sujetos, pero no de tal modo que dicha sujeción no implique cierta cohesión entre ellos. Esta breve pero rica fórmula definitoria del dominium, no es original de Tomás: se encuentra ya en el pensamiento estoico romano, por lo menos en Cicerón y Julio César, contemporáneos entre sí (s. I a.C.). A semejanza del estadista romano, Tomás entiende la fórmula predicha de manera ético-política (aunque en su caso, para emplearla luego en un contexto teológico). En Cicerón, en cambio, la fórmula aparece utilizada en un discurso de tipo natural. Todo esto nos conduce lógicamente a pensar que, para entender la teoría tomística del dominio en su carácter específicamente moral o político, quizá sea preciso remontarse primero a una teoría estoica del dominio, empezando por su índole física y cosmológica. Sea como fuere, el punto es que, al aparecer ya tan sólo en Cicerón una considerable riqueza semántica tal de los términos involucrados en la definición de dominium aludida, resulta innegable remontarse a él como fuente del pensamiento del Aquinate.