INVESTIGADORES
FONTI Diego Osvaldo
congresos y reuniones científicas
Título:
“Subjetividad y heteronomía: una respuesta desde Levinas al desafío de la ética en la educación contemporánea”
Autor/es:
DIEGO FONTI
Lugar:
Río IV
Reunión:
Jornada; V Jornadas Internacionales Interdisciplinarias del Intercambio Cultural Alemán-Latinoamericano; 2000
Institución organizadora:
Fundación Intercambio Cultural Alemán-Latinoamericano
Resumen:
El sujeto ético se constituye, según Levinas, no por un acto reflexivo autoconsciente, o en la realización de una libertad potencial. Su relación originaria con los demás no es un pacto recordable, ni siquiera en el sentido de los pactos de la modernidad temprana pensados in illo tempore. Previo a toda aceptación o rechazo, antes de cualquier libre decisión, o compromiso o adquisición de deudas y derechos, el sujeto se encuentra ya en retraso. Este retraso es el equivalente a una deuda jamás contraída y sin embargo omnipresente. Esa deuda se reconoce en la propia relación con los demás, tanto al confrontar el rostro del otro –que de un modo extraño genera en mí un mandato, respetar su vida- como al responder a su llamado y, en mi propia respuesta, encontrar mis obligaciones hacia él. Mi unicidad de sujeto se logra al tomar parte de la labor única que me toca y que no puedo ceder. ¿Qué significaría una educación que, frente a los desafíos contemporáneos, sea orientada por una heteronomía? . Ante todo que el psiquismo humano es receptivo, es él mismo recepción. Por ende se puede pensar en una preocupación que, como dice Derrida, “concierne, a primera vista, a las relaciones entre una ética de la hospitalidad (una ética como hospitalidad) y un derecho o una política de la hospitalidad). Levinas recuerda a las “ciudades refugio” bíblicas, donde eran acogidos quienes habían matado sin intencionalidad. Y la invitación es pensar a cada hombre como ciudad-refugio. . La posibilidad de la “pequeña bondad” anárquica no elimina las organizaciones. De hecho, a pesar de su crítica del estado y de su tristeza por el fracaso socialista, Levinas ve en el liberalismo un pathos capaz de promover a los individuos como fines en sí y de reconocer sus falencias. Pero la política siempre viene después, y su sentido no es, como cree Arendt, la libertad, sino saciar el hambre de los hombres. . Los derechos no tienen un contenido convencional, arbitrario o heredado. Ellos “están apegados a cada persona humana independientemente de toda concesión previa venida de alguna autoridad o tradición, independientemente también de todo acto de arrogarse o de ameritar tales derechos” . En cuanto a la técnica, esta muestra la maravilla del sujeto ateo, independiente, capaz de surgir del anonimato del ser. Ese sujeto es a la vez la cima de la creación, un sujeto moral que puede dar el paso de la sacralidad mítica a la eticidad humanizante. La ética es un movimiento contra natura, contra conatus.