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Este trabajo indaga avances evangélicos en América Latina a fines del siglo XIX recorriendo una iniciativa de evangelización continental que fue tomando progresivamente formas nacionales, cuando los propios estados nacionales latinoamericanos estaban formándose.A fines del siglo XIX la Misión Evangélica CMA de Nueva York desarrolló proyectos evangelizadores de orden mundial. En América del Sur, se llevó adelante una Misión por considerar que se encontraba en la paganidad y oscuridad espiritual.En 1896 el misionero sueco Emilio Olsson, presentó al Dr. A.B. Simpson un proyecto ambicioso, The evangelization of South America in the next four years. Olsson fue nombrado superintendente de la organización para Sudamérica. Bajo esta iniciativa, fueron enviados al menos 28 misioneros para evangelizar.El proyecto misionero continental de Olsson fracasó; en 1899 hubo un quiebre con CMA que provocó disputas públicas entre el misionero sueco y Simpson. Si bien sus efectos pusieron en riesgo el futuro de los misioneros ya instalados en el territorio sudamericano, cada una de las misiones ya había debido integrarse a particularidades nacionales. En esos 4 primeros años había adquirido dinamismos relacionados a los modelos cada país y región.Analizaremos como el fracaso del proyecto continental no fue el fracaso de la misión, sino un afianzamiento en una identificación nacional de la fe. El detalle del caso chileno muestra que Las particularidades migratorias del territorio chileno resultan significativas, así como las estrategias innovadoras de la propia práctica cultual, y límites en los derechos religiosos del país. Estas variables permiten enriquecer el análisis de la experiencia dando cuenta de la diversidad de factores presentes en el éxito o no del establecimiento de la fe.

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