El kirchnerismo y la desmesura de lo político

ANDRES DAIN, MERCEDES BARROS

Escritos K

EDUVIM

Año: 2012; p. 15 - 46

El kirchnerismo como acontecimiento político ha sido objeto de diversos predicados que lo colocan en el terreno del desborde, la desmesura, la desobediencia. En estos terrenos escabrosos, estas lecturas del presente ponen en juego y resignifican viejas y reiteradas miradas de un pasado reciente que surgieron para echar luz sobre aquel primer peronismo del ‘45 y sus más variadas implicancias políticas. Nuevamente, la demagogia del líder y la ingenuidad de algunos muchos se anudan para explicar este nuevo hecho maldito. Hoy, como ayer, el apasionamiento y la adhesión fanatizada de sus seguidores son producto del engaño y del oportunismo del líder político. Un líder, cuya racionalidad instrumental le otorga una capacidad de cálculo infinita y cuya audacia no reconoce límite ético alguno, que en su afán por acumular y preservar el poder cae en la desmesura confrontativa, desobedece reglas y desborda las instituciones. Frente a lo cual la ciudadanía se distribuye entre quienes, por una racional necesidad o por una inocencia afectiva, caen en sus redes tejidas con gran precisión y entre quienes tienen la claridad intelectual suficiente para resistir sus embates y reconocer sus perversas intenciones. Estas miradas de la política, sostenidas sobre una concepción racional y utilitarista del sujeto y de la política, atraviesan, de manera más o menos sutil, no sólo a aquellos detractores viscerales del proceso político inaugurado en 2003, sino también a quienes buscan comprender este nuevo fenómeno, ya sea desde los ámbitos académicos -particularmente desde la Ciencia Política- o desde el periodismo especializado. Asimismo estas concepciones de la política, y como evidencia de su penetración en el sentido común, también contaminan a sus propios líderes y seguidores. En este artículo nos proponemos cuestionar estas miradas diseminadas del fenómeno kirchnerista y poner en jaque una vez más la concepción teórica que las sustenta. Para esto, nos situaremos en ese exceso que ha caracterizado al discurso kirchnerista, pero no para proveer una descripción peyorativa más de esta formación discursiva, sino más bien para mostrar su condición novedosa y heterogénea respecto a viejos conceptos y sentidos establecidos que dieron forma a la Argentina democrática. Exceso kirchnerista que ha permeabilizado los límites de la política, cuestionando aquello que parecía cristalizarse en el sentido común de los argentinos y argentinas. Abriendo a la discusión política cuestiones, que de tan sedimentadas, algunos juzgaban como viejas antinomias del pasado ya superadas