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En este trabajo pretendemos continuar con el debate acerca de la reflexión sobre la interdisciplina y los vínculos entre las ciencias sociales, cuestión siempre vigente y compleja pero no por ello menos relevante a la hora de revisar los modos en que construimos los ¿contextos etnográficos?. Consideramos que la consolidación de la antropología histórica contribuyó a fortalecer una mirada dicotómica de nuestras problemáticas centradas en los aspectos sociales y su desarrollo a través del tiempo, dejando de lado otras dimensiones igualmente constitutivas de estos procesos, tales como el espacio y su relación inherente con lo social. No obstante, los estudios específicos en antropología histórica no agotan sus posibilidades analíticas en la historia y la antropología y vemos la necesidad de incorporar también otras metodologías y perspectivas teóricas que permiten un abordaje más complejo de la realidad. Creemos ineludible situar los estudios de antropología histórica en el punto de encuentro de tres coordenadas analiticas fundamentales: las dimensiones de lo social, lo espacial y lo temporal. De esta manera, las formas complejas en que las perspectivas analíticas del tiempo y el espacio se imbrican en las acciones sociales mediante dinámicos procesos de redefiniciones y adaptaciones históricas, nos obligan a repensar los términos clásicos en los que planteamos nuestros estudios: un problema antropológico al que le delimitamos un contexto acotado en el tiempo y el espacio, como si ambos pudieran ser independientes y autónomos entre sí. En relación con esto, nuestras consideraciones ahondaron en interrogantes tales como ¿es posible pensar en problemáticas sociales escindidas de sus coyunturas históricas?; ¿podemos seguir hablando de contextos cuando entendemos al espacio y al tiempo como productos sociales?

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