INVESTIGADORES
RICHIANO Sebastian Miguel
congresos y reuniones científicas
Título:
PATRONES LATITUDINALES DE TRAZAS DE BIOEROSIÓN EN EL LITORAL ARGENTINO (ATLÁNTICO SUDOCCIDENTAL) DESDE EL PLEISTOCENO TARDÍO A LA ACTUALIDAD: EJEMPLO EN CREPIDULA (GASTROPODA).
Autor/es:
SEBASTIAN RICHIANO, MARINA AGUIRRE, ESTER FARINATI, IGNACIO CASTELLANOS, KAREN DAVIES
Reunión:
Congreso; XIV REUNIÓN ARGENTINA DE SEDIMENTOLOGÍA; 2014
Resumen:
Las trazas fósiles testimonian la actividad de diferentes organismos sobre el sustrato en el que habitan, en particular, las de bioerosión evidencian perforaciones en sustratos duros mediante procesos físicos, químicos o una combinación de ambos. Al igual que las bioturbaciones, en muchos casos reflejan la presencia en el pasado de grupos que no poseen partes duras fosilizables (anélidos, algunos grupos de briozoos, esponjas, entre otros), constituyendo una herramienta fundamental para la reconstrucción de paleocomunidades bentónicas a través del registro geológico. Los depósitos marinos originados en Argentina como consecuencia de los últimos eventos transgresivo-regresivos ocurridos desde el Pleistoceno medio-tardío (MIS 11-1) son ampliamente reconocidos por su abundancia en conchillas de moluscos (gasterópodos y bivalvos), pero sólo recientemente se comenzaron a aportar avances en cuanto a su icnología. A fin de establecer comparaciones espaciales y temporales para el área costera argentina se seleccionó Crepidula, un taxón constante y abundante desde el Pleistoceno en los sectores bonaerense y patagónico (entre el Río de La Plata y el sur de la provincia de Santa Cruz). Cabe destacar, que sólo se consideraron los depósitos del Holoceno de Provincia de Buenos Aires, ya que los del Pleistoceno son restringidos o pobremente preservados y contienen escasas cantidades de Crepidula. Por otro lado, este taxón representa un elemento comparativamente menos abundante en las comunidades bentónicas litorales bonaerenses. Por el contrario, para Patagonia cuenta con excelentes registros principalmente desde el Pleistoceno tardío a la actualidad y desde San Antonio Este (Provincia de Río Negro) hasta sur de la provincia de Santa Cruz (San Julián). El análisis latitudinal se efectuó dividiendo el área de estudio en tres sectores geográficos: 1- Provincia de Buenos Aires, 2- Patagonia norte (desde San Antonio Este hasta Comodoro Rivadavia) y 3- Patagonia sur (desde Comodoro Rivadavia hacia el sur). Se estudiaron los signos de bioerosión en un total de 1181 Crepidulas en las que se registraron diez icnogéneros: Caulostrepsis, Entobia, Maeandropolydora, Iramena, Oichnus, Leptichnus, Pennatichnus, Pinaceocladichnus, PodichnusyRenichnus. A fin de caracterizar la relación entre el productor de la traza fósil y el sustrato hospedador se dividió la conchilla de Crepidula en 5 campos principales: 1- zona central; 2- margen derecho; 3- umbo; 4-margen ventral y 5- margen izquierdo. Por otro lado se caracterizó la diversidad de icnogéneros utilizando el índice de diversidad que se expresa como la relación entre el número de icnogéneros en una localidad y el número de icnogéneros total reconocidos, expresado en porcentaje. Los resultados demuestran diferentes estrategias de bioerosión entre los principales grupos de organismos formadores de trazas reconocidos. En general, tanto las trazas de anélidos espiónidos (Caulostrepsis y Maeandroplydora) como las generadas por gasterópodos carnívoros (Oichnus) se ubican preferentemente en las zonas centrales y del umbo de las conchillas de Crepidula. Esto responde, por un lado, a las características de la superficie externa del hospedador (irregularidades, rugosidades, espinas, surcos) principalmente en la zona central de la superficie externa y que sirven de refugio a los gusanos. Por otro lado, la zona central y del umbo, representan el camino más corto para los carnívoros (Gastropoda Muricidae y Naticidae) que perforan la conchilla en busca de las partes blandas de Crepidula. Otro grupo destacado como formador de trazas incluye a los briozoos, cuyas trazas se ubican homogéneamente en toda la superficie de la conchilla. Este comportamiento responde a que para los briozoos es indistinto el sector de la conchilla donde desarrollan las colonias incrustantes o ramificadas y, en general abarcan toda la superficie valvar de las Crepidulas. En síntesis, es posible reconocer un patrón latitudinal creciente tanto en el porcentaje de conchillas bioerosionadas como de icnodiversidad hacia el sur, registrándose los mayores valores en el sector sur de Patagonia desde el Pleistoceno medio-tardío. Este patrón latitudinal de bioerosión no es coincidente con el registrado previamente para los moluscos (gasterópodos y bivalvos), los que aumentan en biodiversidad hacia latitudes bajas en respuesta principalmente al incremento de la temperatura superficial del agua de mar (SST) (Aguirre et al., 2011).Sin embargo, un patrón similar al registrado para las trazas de bioerosión se ha mencionado para los briozoos actuales en el mar Argentino (Lopez Gappa, 2000). Los briozoos muestran máxima abundancia en masas de agua fría y de mayor productividad en Patagonia, condiciones similares a las registradas para el Pleistoceno patagónico (Aguirre et al., 2013). En consecuencia, los patrones de bioerosión registrados en depósitos del Cuaternario marino de Patagonia, a partir del estudio de Crepidula, reflejan la mayor actividad de grupos bioerosivos en condiciones de baja SST y alta productividad. Este contexto se habría mantenido constante desde al menos desde el Pleistoceno tardío, con una menor fuerza durante el Holoceno (Óptimo Climático del Holoceno Medio), momento en el cual a partir de los resultados, se registra una disminución de la intensidad de bioerosión y de la icnodiversidad.