INVESTIGADORES
BOY Martin Guillermo
artículos
Título:
Los Sin Techo de Buenos Aires
Autor/es:
MARTÍN BOY; MARIANO PERELMAN
Revista:
Ciudades. Revista Trimestral de la Red de Investigación Urbana
Editorial:
Revista Trimestral de la Red Nacional de Investigación Urbana
Referencias:
Lugar: Puebla, México; Año: 2008 p. 2 - 7
ISSN:
0187-8611
Resumen:
Revista indexada en Latindex Catálogo. Resumen Durante el último cuarto del siglo XIX, en el marco de la construcción de un país moderno y la instauración del modelo agro exportador, la ciudad de Buenos Aires recibió miles de inmigrantes europeos que huían de la crisis económica vivida en sus países de origen. En un segundo momento, ya a partir de la década del treinta, las características de los migrantes cambiaron y comenzó a generalizarse la llegada a la ciudad de trabajadores rurales de diferentes provincias del país que se encontraban en la búsqueda de mejores oportunidades, ser empleados en las fábricas que iban surgiendo con la implementación del modelo de sustitución de importaciones. De esta forma, Buenos Aires se consolidó como un polo de atracción que prometió mayores oportunidades laborales y mejores condiciones de vida. Torre y Pastoriza (2002: 283) sostienen que el modelo de sustitución de importaciones significó, para los trabajadores de más reciente radicación, la vivencia directa y palpable, en los más diversos aspectos de la existencia cotidiana, de la ampliación de sus horizontes más allá de las necesidades de subsistencia. Para los obreros más establecidos, los empleados y las clases medias, la ciudad representó el acceso a una mayor variedad de bienes y un mejor aprovechamiento de los beneficios de las políticas sociales y del gobierno. De esta forma, migrar hacia Buenos Aires se ligó a la expectativa de vastos sectores de la población que buscaron mejores oportunidades. Eran los tiempos de ascenso social y donde la obtención de un trabajo en el mercado formal y/o informal se daba por descontada. Paralelamente, seguía permeando el imaginario de una ciudad que, si bien construida a partir de múltiples migraciones, era socialmente homogénea, segura y del progreso (Gorelik, 1998; Lacarrieu, 2007). La plena ocupación, el acceso cada vez más amplio a los bienes y servicios que brindó la ciudad y las políticas de integración social, se vieron jaqueadas a partir de mediados de la década de los años setenta con la implementación de un nuevo modelo económico productivo de corte neoliberal, acompañado de fuertes transformaciones en el mercado de empleo y la aparición, hasta ese momento inédita en la Argentina, de tasas de desempleo y subempleo de dos dígitos. Durante la década del noventa, la pauperización alcanzó a los sectores medios, y el incremento de la pobreza y de la indigencia se generalizó. En este nuevo contexto, la ciudad de Buenos Aires se convirtió en un espacio de contrastes y en un recurso para los sectores más desfavorecidos, quienes diseñaron sus propias estrategias de supervivencia a partir de la venta ambulante, la recolección de residuos reciclables, la mendicidad y vivir en las calles. De esta forma, la ciudad ya no se presenta como un espacio de prosperidad para todos, sino que se caracteriza por las contradicciones, es decir, por la profundización de las desigualdades sociales, de las cuales la creciente segmentación social aleja cada vez más a los pobres de las clases medias y de los sectores más beneficiados. A partir de lo desarrollado, este artículo tiene como propósito analizar la aparición de un nuevo perfil de pobre que encuentra en las calles de la ciudad de Buenos Aires un recurso a partir del cual alcanza la supervivencia e, inclusive, un lugar donde vivir. Para ello recuperamos las características que asume la ciudad a través de la radicalidad de las transformaciones que se produjeron en Buenos Aires a partir de la década de los años noventa hasta la actualidad, poniendo atención en la nueva cuestión social, es decir en los rasgos que presenta la denominada “nueva pobreza urbana”. El modelo agro exportador se basó en la producción agrícola-ganadera en miras al mercado externo. Su extensión encontró fundamento en la división internacional del trabajo propia del arraigado liberalismo de la preguerra. Este modelo económico se extendió desde 1880 hasta 1930 aproximadamente. El modelo de sustitución de importaciones surge en la década de 1930, más precisamente en el período comprendido entre las dos guerras mundiales, a partir de la necesidad de suplir las carencias generadas por el cierre de los mercados internacionales en los cuales se dirigían las exportaciones agrícola-ganaderas argentinas y de la restricción de las importaciones de manufacturas elaboradas en los países industriales que se encontraban en guerra. Este modelo se extendió hasta mediados de la década de los setenta. Se entiende por mercado de trabajo formal al que comprende a todos los empleos registrados y que proporcionan derechos laborales tales como cobertura médica y aportes jubilatorios. El mercado informal se compone por todos los empleos no registrados que no proporcionan derechos y beneficios al trabajador y que son, generalmente, empleos con baja productividad generadores de pocas ganancias.