La política en boca de expertos: tecnocracia y consolidación neoliberal

JUAN MANUEL REYNARES

Política y desborde. Más allá de una democracia liberal.

EDUVIM

Lugar: Villa María; Año: 2012; p. 75 - 108

Existe cierto consenso en la literatura especializada de que en los últimos quince años del siglo XX, asistimos a un cambio en los estilos políticos. Luego de los sucesos de la Semana Santa de 1987 y de la hiperinflación de 1988 y 1989, además de los progresos tecnológicos verificados en el período, el locus de la palabra política válida se trasladó, para consolidar en la gestión de Menem un reparto de las voces autorizadas para articular lo decible. Así, se dio paso entonces a una interrelación de estilos discursivos - que incluía al presidente, los técnicos de la economía y periodistas - que ocuparon el espacio vacante de la palabra política ordenadora. De esta manera, podemos observar que uno de los actores políticos que adquirió la capacidad de encarnar una posición válida dentro del espacio público fueron los técnicos profesionales, y en particular los economistas, quienes obtenían la fuerza de sus argumentos a partir de un uso específico del lenguaje, performando así una realidad social perfectamente calculable, y como tal, objeto de la aplicación de medidas económicas con resultados predeterminados. Los portavoces de este conocimiento habilitante se presentaron como profesionales avalados por la ciencia y por lo tanto al margen de cualquier disputa o interés en conflicto. En este trabajo, nos detenemos en ese principio de lectura, al que denominamos tecnocrático, y exploramos algunas de las relaciones que establece con el proceso de hegemonización del neoliberalismo. En primer lugar, realizamos un primer acercamiento a algunas perspectivas en torno del neoliberalismo, teniendo en cuenta que lo consideramos un discurso hegemónico, por lo que no nos es posible definir precisamente sus contornos de manera estática, sino que lo podemos ver en la continua sobredeterminación sobre prácticas, nombres y argumentos al interior del espacio público. A partir de allí presentaremos la especificidad de nuestra contribución, que comenzará con la configuración del relato técnico de la economía, para seguir con el lugar que éste último reserva para la política, de donde se deriva la oclusión de su dimensión conflictiva. Ello abre todo un espacio de interrogación sobre la difícil, y aquí arriesgamos, imposible, convivencia entre la democracia y el neoliberalismo.