INVESTIGADORES
GATTI Maria Genoveva
congresos y reuniones científicas
Título:
Manejo forestal en el Bosque Atlántico: cerrando la brecha entre el conocimiento biológico y el desarrollo ambiental sostenible
Autor/es:
CAMPANELLO, PAULA INÉS; GATTI, MARÍA GENOVEVA; MONTTI, LÍA FERNANDA; VILLAGRA, MARIANA; GOLDSTEIN, GUILLERMO
Lugar:
Medellín, Colombia
Reunión:
Workshop; Seminario Internacional sobre Bosques Tropicales y Desarrollo; 2008
Institución organizadora:
CIEBREG, Redbio, Universidad Nacional de Colombia, Universidad Tecnológica de Pereira
Resumen:
La eco-región del Bosque Atlántico (BA), con una superficie original de 1.36 millones de km2, se distribuye a lo largo de 3300 km por la costa atlántica de Brasil, sudeste de Paraguay y noreste de Argentina. Hasta hace apenas dos siglos era el segundo ecosistema boscoso con mayor extensión en Sudamérica después del Bosque Amazónico. A diferencia de este último, más del 93% de la superficie de BA ha desaparecido debido al proceso de colonización y explotación forestal al que fue sometido tempranamente, particularmente en Brasil, el cual se incrementó notablemente durante el último siglo. Como resultado, el BA es el ecosistema tropical más devastado y amenazado del mundo. Sin embargo, los remanentes de bosque contienen aún una alta diversidad biológica y endemismos por lo cual esta eco-región ha sido catalogada mundialmente como un área prioritaria para la conservación. Dentro del BA se reconocen dos tipos principales de ecosistemas: el bosque lluvioso que se distribuye a lo largo de la costa de Brasil, y el bosque semideciduo en el interior del continente, que incluye los bosques del noreste de Argentina, sudeste de Paraguay y sur de Brasil. El BA semideciduo tenía originalmente una extensión de 500.000 km2. Actualmente, el mayor remanente continuo se encuentra en Argentina en la provincia de Misiones, en donde el bosque ocupa una superficie de 11.000 km2. La mayor parte de estos bosques han sido sometidos a extracción forestal selectiva, incluso dentro de las actuales áreas naturales protegidas. El manejo tradicional del bosque nativo en el noreste de Argentina consiste en la extracción de un reducido número de especies arbóreas/forestales de interés comercial cuyo tamaño debe superar un mínimo de corta, sin planificación ni manejo durante la cosecha y post-cosecha. A diferencia de lo ocurrido en otros bosques tropicales y subtropicales, la cosecha de impacto reducido no se ha implementado hasta el momento a escala comercial en esta región. Las intensidades de extracción bajo manejo tradicional son variables porque todas las operaciones y decisiones (e.g., árboles a extraer, apertura de caminos, localización de planchadas) son tomadas por las personas que realizan el aprovechamiento, las cuales no están entrenadas en el manejo de bosques. Incluso, en muchos casos, la búsqueda de árboles se realiza con maquinaria pesada, con lo cual se incrementan innecesariamente los daños en el bosque y la compactación del suelo. Como resultado, los bosques sometidos a extracción selectiva presentan un daño elevado, alta mortalidad en los árboles remanentes, y extensas áreas abiertas. Este manejo no controlado causa cambios sustanciales en la estructura y funcionamiento del ecosistema, y ha llevado al empobrecimiento de estos bosques que van perdiendo su valor económico forestal. No sólo hay una disminución de especies comerciales debido a la extracción, sino también porque los bosques son invadidos por especies nativas de rápido crecimiento, como bambúes y lianas, que inhiben la regeneración natural y disminuyen el crecimiento de los árboles, acelerando en última instancia el proceso de desmonte y conversión a otros usos. Si bien la adopción de técnicas de impacto reducido representaría una forma más sustentable de manejar los bosques nativos, no asegura la cosecha de productos maderables a largo plazo ni la conservación de otros componentes de la biodiversidad (e.g., la fauna). Una de las prioridades para el manejo sustentable de los remanentes de BA semideciduo es la aplicación de técnicas de control de especies de rápido crecimiento, que aseguren la regeneración natural de árboles, incrementando la productividad maderera y manteniendo una alta diversidad biológica. El desarrollo de prácticas silviculturales post-cosecha, así como la restauración de áreas degradadas, requiere conocer el ecosistema que se desea manejar. Los estudios mecanísmicos sobre la ecología y biología de los bosques nativos permiten comprender patrones y predecir el comportamiento de los ecosistemas. En particular, es necesario conocer algunos aspectos básicos de la biología reproductiva de los árboles, como la producción de semillas y los limitantes para su regeneración. La decisión sobre cuántos árboles dejar luego de una extracción selectiva debería basarse en procesos como la dispersión y polinización, y en estudios de diversidad genética. El aprovechamiento integral de los recursos del bosque, incorporando los servicios ambientales, así como la comercialización sustentable de productos no-maderables, también es prioritario para la efectiva conservación del bosque nativo en el noreste de Argentina. El desarrollo de políticas de conservación y manejo de recursos naturales basados en la biología de las especies dominantes, las interacciones ecológicas y el funcionamiento del ecosistema, constituye un desafío importante, una brecha que debe cerrarse para que la conservación de uno de los principales remanentes de BA sea posible.