Efecto de la temperatura, textura del suelo y profundidad de siembra en la germinación y emergencia de tres cultivares de amaranto

ZUBILLAGA MF; ORIOLI GA; BARRIO DA

Mar del Plata

Congreso; XXIX Reunión Argentina de Fisiología Vegetal. SAFV-RAFV; 2012

SAFV y RAFV

El amaranto es un cultivo de interés para el Valle Inferior del Río Negro por la plasticidad que posee para adaptarse a distintos suelos y condiciones climáticas. Ensayos previos muestran que siembras a principios de noviembre no resultan exitosas debido a que las bajas temperaturas inhiben la germinación, retrasando la emergencia y acortando el ciclo del cultivo. El objetivo de este trabajo fue estudiar el efecto de la temperatura, profundidad y tipo de suelo en la germinación de diferentes cultivares de amaranto (Mexicano, Dorado y Antorcha). Se evaluó el efecto de la temperatura (plancha de germinación, rango: 5 a 34ºC), profundidad (rango: 0,5 a 6 cm) y tipo de suelo (arenoso, franco y arcillo arenoso) en el porcentaje de germinación o emergencia, respectivamente. Los cultivares mostraron diferencias significativas en la temperatura de germinación. A 9,7±0,5ºC Dorado germinó 91,4%, mientras que Mexicano y Antorcha lo hicieron en 18,6%; 28,6%, respectivamente. Todos los cultivares superaron el 98% de germinación a 24,7±0,32ºC manteniéndose en valores del 90% hasta 32,5ºC±0,95. A los 34ºC±1,6, estos valores descienden a 70% para Dorado y Antorcha y a un 80% para Mexicano. Los cultivares evaluados muestran un mejor comportamiento en suelos livianos y a profundidades no mayores a 2 cm. En estas condiciones Dorado tuvo un mejor comportamiento con una emergencia mayor al 90%. En todas las variedades y suelos evaluados se reduce la emergencia cuando la profundidad de siembra supera los 2 cm, posiblemente debido a la pequeñez de la semilla (es para personas) la cual utilizaría todas sus reservas en poder emerger. El suelo de textura arcillosa a profundidades mayores a 2 cm no supera el 50% de emergencia en todas las variedades. Para el Valle inferior se sugiere la siembra de amaranto en suelos livianos y preferentemente el cultivar dorado dado que germina a temperaturas más bajas permitiendo siembras más tempranas, extendiendo así el ciclo de crecimiento del cultivo con esperables beneficios en rendimiento.