Un mapa arrasado: Nuevo cine argentino de los '90

DAVID OUBIÑA

Sociedad (Revista de la Facultad de Ciencias Sociales)

Manantial

Lugar: Buenos Aires; Año: 2002 p. 193 - 205

0327-7712

Frente al cruce optimista entre vanguardia estética y militancia política a fines de los ´60 o la denuncia oportunista en los ´80, los films de los ´90 parecen, a primera vista, menos comprometidos. Pero aun cuando no se ocupan explícitamente de la represión durante la dictadura militar ni del horror económico y social durante la reconstrucción democrática, los nuevos cineastas no hacen otra cosa que poner en escena sus secuelas. No se trata de contemplar pasivamente la desolación sino de articularla a través de una ética de la mirada, tal como puede apreciarse en las mejores obras del nuevo cine. Mostrar no es reflejar, es hacer ver. Al mostrar, el cine impone una imagen y, como afirma Serge Daney: si la cámara permite ver es, justamente, porque obliga a ver. Ver un film es volver a ver algo ya visto por otro. ¿Cómo mostrar?, entonces, pasa a ser un problema ético fundamental. Quiero detenerme en el análisis de estos aspectos en dos films muy diferentes pero igualmente paradigmáticos de los ´90: Silvia Prieto (Martín Rejtman, 1998) y La ciénaga (Lucrecia Martel, 2001). El fondo sobre el cual se recorta la trama de Silvia Prieto es el del capitalismo salvaje y la economía de mercado así como el de La ciénaga es el mundo caduco de las economías regionales tradicionales; pero lo notable es el modo en que esa dimensión de lo político ha sido interiorizada por los mecanismos narrativos y determina la representación de los comportamientos.