INVESTIGADORES
OUBIÑA David Leonardo
artículos
Título:
Políticas de la imagen. Cine independiente en la Argentina de los '60 a los '90
Autor/es:
DAVID OUBIÑA
Revista:
Margens / Márgenes
Editorial:
Margens / Márgenes
Referencias:
Lugar: Belo Horizonte - Buenos Aires - Mar del Plata - Salvador; Año: 2003 p. 84 - 91
ISSN:
1677-244X
Resumen:
La hora de los hornos (Fernando Solanas, 1966-1968) sentó las bases de una militancia que pronto sería retomada por el cine de guerrilla de los grupos políticos radicalizados. Estos films de agitación son la cara más visible del cine político argentino durante este período. Pero existe otra tendencia, cuyo referente es The Players vs. Angeles caídos (Alberto Fischerman, 1969), vinculada a los cine clubs y a la vanguardia estética del Instituto Di Tella, en donde el compromiso político aparece ligado a la experimentación formal. Estas películas están en el origen del cine independiente en la Argentina. En los márgenes de la industria y de las formas convencionales, quedó establecido allí que forma estética y modo de producción se determinan mutuamente. La segunda mitad de los 70 estuvo dominada por el silencio que la dictadura impuso sobre cualquier exploración en beneficio de un cine escapista, cómplice o directamente propagandista, mientras que el cine de los 80 fue oportunista y convencional, preocupado por enterrar rápidamente ese pasado conflictivo sin ningún atisbo de reflexión. La renovación de la década del 90, en cambio, no existiría sin esa premisa que la agitación y la experimentación del modernismo político de los 60 dejaron instalada: films producidos por afuera de los cánones industriales, rodados en fines de semana por directores y equipos técnicos no profesionales, con estrategias heredadas del cortometraje y el cine underground. Curiosamente, sin embargo, en los nuevos films, la tensión entre experimentación estética y radicalismo político se ha disuelto como núcleo productivo. Dentro de un conjunto numeroso y heterogéneo, es posible advertir dos líneas tan dinámicas como indiferentes entre sí. Por un lado, La renovación estética del nuevo cine argentino (Pizza, birra, faso, Bolivia, Mundo grúa, El bonaerense, La libertad, entre otras) puede tematizar e incluso bordear el testimonio social pero rara vez los interrogantes políticos forman parte de su agenda. Por otro lado, la urgencia política del videoactivismo y el cine piquetero (los films del Grupo Documental Primero de Mayo, Ojo Obrero, Indymedia o Proyecto ENERC entre otros) no parece dejar demasiado espacio para la experimentación. Ahora que el cambio se ha consolidado y ha adquirido una presencia innegable, el desafío del nuevo cine será poner a prueba la capacidad para radicalizar sus propios presupuestos estéticos. O bien la renovación era sólo una estrategia para posicionarse dentro del industria, o bien se defiende enconadamente la actitud independiente profundizando sus protocolos. En este punto, será preciso entender la independencia no sólo como oposición al cine industrial sino también en su sentido más abiertamente político.