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¿Cómo puede comprenderse el hecho de que se produzcan nucleamientos de individuos que se presenten en el espacio público para sostener una demanda? ¿Qué consecuencias producen dichos episodios de protesta desde el punto de vista político? Estas son dos interrogaciones que pueden ser abarcadas sólo prestando la debida atención que merecen las protestas consideradas en su especificidad. Cada episodio de protesta tiene un carácter único e irrepetible pero a su vez, se presenta unido por varias dimensiones con otros episodios y esto permite entender especialmente los núcleos problemáticos del impacto político de las protestas pero también permite resolver en cierta forma el dilema de las identidades sostenidas colectivamente. Esta investigación pretende realizar un análisis empírico de un caso de protesta como complemento de la reflexión teórica propuesta. El caso seleccionado corresponde a las protestas de derechos humanos que se llevaron adelante en Argentina durante el período 1989-1998. A partir del año 1989, el tema de la continuidad democrática deja de ocupar el centro de la escena política argentina. Luego de una larga serie de planteamientos militares a los gobiernos democrático-constitucionales, se abre un período en el cual la defensa del orden democrático deja de estar en juego y esto transforma las condiciones bajo las cuales se expresan las demandas vinculadas a los derechos humanos. El sostenimiento irrestricto del nuevo régimen político como criterio unificador de los reclamos da paso a una multiplicidad de cuestionamientos en torno al problema de la calidad democrática. Este nuevo marco cultural e institucional permite entender la aparición de condiciones de fragmentación en la organización de la acción colectiva.

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