INVESTIGADORES
BARRY Carolina Patricia
libros
Título:
Se hace la Evita...las otras primeras damas peronistas.
Autor/es:
BARRY, CAROLINA
Editorial:
Omnivora
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2021 p. 330
ISSN:
978-987-88-1558-9
Resumen:
El primer gobierno de Perón posibilitó el ingreso de gran cantidad de mujeres en la política a partir de instrumentos legales y políticos específicos. Los primeros comenzaron con la ley de Sufragio Femenino hasta la creación del Registro nacional de las personas que posibilitó la primera documentación y empadronamiento femenino nacional. A su vez, se gestaron políticas de inclusión partidarias destinadas a las mujeres. Dentro de este abanico se instaló en la cultura política argentina una práctica atrayente: el matrimonio gobernante y la politización de las primeras damas, dos instancias distintas en que algunas mujeres construyeron espacios de poder a partir de su función de esposas de. El paradigma por excelencia pertenece a Perón y Eva Perón con la singularidad de un doble liderazgo carismático, compartido y simultáneo. Un líder y una líder complementarios uno del otro. Un sello propio del peronismo que se replicó en distintos períodos y niveles de gobierno al punto que en 1973 un matrimonio, el de Perón y María Estela Martínez Cartas de Perón (Isabel), fue el primero en ocupar formalmente el gobierno de la Argentina cuando asumieron como presidente y vicepresidenta de la nación. Años más tarde, otro matrimonio ocupó el gobierno, se trató de la primera vez que un marido cedió los atributos del mando a su esposa y el estreno de la figura de primer caballero. La figura de la primera dama se ha transformado en un potencial actor político tenido en cuenta por todas las fuerzas políticas, al punto que hoy en día se las mide en las elecciones y en Estados Unidos se propiciado que realicen debates televisivos, al igual que el candidato. Con el pasar de los años, ellas han obtenido funciones más allá de las tradicionales actividades relacionadas con el protocolo adquiriendo, en algunos casos, una influencia política no menor. La vaguedad de los parámetros legales ha sido un factor importante en la evolución de este rol que es informal por naturaleza y que en ningún país, salvo República Dominicana, sus funciones están alcanzadas por una codificación legal concreta. Con lo cual, estas mujeres asumen funciones políticas que no están reguladas por la ley y por ende no dan cuentas a nadie de sus acciones. Los casos de primeros caballeros son todavía muy pocos en el mundo como para problematizar sus espacios y funciones.El tema se inscribe en un debate mayor, que obliga a plantearse cuáles son las implicancias que tiene para la democracia y para el sistema político la intervención, en este caso, de estas mujeres que no formaban parte de la estructura formal del gobierno, que manejan cuotas importantes de poder y pero que llevaron adelante actividades con recursos importantes de la política. Ellas no son electas pero poseen fuertes influencias en las políticas públicas que derivan en sugerentes implicancias para la democracia . Esto puede observarse en la discrecionalidad que tuvieron en el manejo de fondos públicos destinados en la ayuda social, no así en la partidaria que corre por otros carriles, salvo en la utilización de fondos públicos para dicha actividad. Si bien la Argentina tiene una larga trayectoria en la politización de las primeras damas. No se trata de situaciones aisladas. En el mundo existen y existieron casos célebres que insinúan algunos puntos de contacto como el de Teodora, esposa del emperador Justiniano, que ejerció una influencia política llamativa sobre el Imperio Bizantino al punto de considerarse que gobernaban en conjunto. Pericles y Aspasia de Mileto. Nefertiti y Ajenatón, entre otros. Más cercanos en el tiempo fueron Roosevelt y Eleonor Roosevelt y Mao que sumó a Chiang Ching. También podría considerarse el caso de Bill y Hillary Clinton. En Argentina, los antecedentes más renombrados son los de Encarnación Ezcurra y luego, Aurelia Vélez Sarsfield, amante de Sarmiento, que ejerció como una primera dama en secreto e incluso habría gerenciado su campaña presidencial . Estas vecindades históricas no pretenden mostrar analogías, sino que constituyen ejemplos variados que dan cuenta de mujeres que estando en la cima del poder redefinieron sus espacios más allá de las actividades que en general se esperaba que cumplieran.Estas incursiones novedosas fueron posibles gracias a la autoridad e influencia que les confería su lugar de señoras de. Unas más osadas, y otras más humildes, han servido para cimentar estas prácticas en la cultura política argentina: la politización de las primeras damas y el matrimonio gobernante, dos instancias diferentes que se entrecruzan. La presencia de Eva Perón como primera dama, y su rápido involucramiento político, provocó que otras esposas de mandatarios (gobernadores, legisladores, funcionarios de distintos rangos) comenzaran actividades similares. Con diferentes grados de intervención, armaron y dirigieron sus propios espacios de acción social como tímido reflejo de la Fundación Eva Perón (FEP). El paso obligado, casi simultáneo, fue la apertura de centros políticos femeninos que sirvieron para sus propios fines partidarios y también como soporte de sus maridos dentro del Partido Peronista. En esta primera etapa del peronismo, podemos mencionar a Hélida Basualdo de Godoy en San Juan, Elena Caporale de Mercante en Buenos Aires, Esmeralda Carbajal de Brísoli en Mendoza, Leonor Leiva Castro de San Martín, en Córdoba; Guillermina Pascarela de Velazco en Corrientes, María Olga Martilotti de Mittelbach González y Luz María Márquez Medrano de Juárez en Santiago del Estero; Gladys Bergaglio de Chaile, en Entre Ríos; en otra grado, Etelvina Bonfiglio de Forteza en Bahía Blanca, María Luisa Fragone de Pistarini, la esposa del ministro de Obras Públicas, Elisa Duarte de Arrieta, hermana de Eva Perón, casada con el senador Alfredo Arrieta. De estas mujeres decían: se hace la Evita, espetándoles en la cara su ambición política y la copia descarada de su estilo. En los tiempos iniciales, la misma Eva Perón estimuló sus actividades, entre otras razones porque se convirtieron en sus operadoras políticas.