INVESTIGADORES
PACHECO Julieta
congresos y reuniones científicas
Título:
El superhombre socialista
Autor/es:
JULIETA PACHECO
Lugar:
Facultad de Humanidades de la Universidad de Mar del Plata
Reunión:
Jornada; V Jornadas de Investigadores del Departamento de Historia. Facultad de Humanidades – UNMdP; 2004
Institución organizadora:
Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades – UNMdP
Resumen:
Todo partido que aspira siempre a convertirse en una poderosa influencia en el conjunto de la vida social. El arte pasa a ser, entonces, un campo de disputa y de exposición de los valores que se consideran necesarios para el desarrollo de sus fines. Con esta idea en mente comencé la investigación sobre la política cultural del Partido Socialista, concentrándome en la coyuntura del primer gobierno de Yrigoyen. La mayoría de la literatura especializada coincide en identificar la existencia de una política cultural en el Partido Socialista. Varios textos dan cuenta ya de su existencia y de su vinculación con un programa reformista[1][1]. Sin embargo, desde mi perspectiva, no queda respondida la pregunta que consideramos más importante: ¿qué política cultural, para qué programa político, para qué interés de clase desarrollaba el Partido Socialista? El estudio de la página cultural de La Vanguardia revela tanto los valores que defendían como el programa político que lo guiaba y los intereses sociales que se defendían. Tengo como hipótesis que la política cultural del Partido Socialista enfatiza los valores de la superación individual y la autoconstrucción del individuo como personalidad moral, sintetizada en la figura del superhombre. El observable elegido es el conjunto de críticas contrapuestas a dos obras de teatro aparecidas en La Vanguardia hacia 1917: El movimiento continuo y Conservatorio La Armonía, ambas de Armando Discépolo y Rafael José de Rosa.[2][2] [1][1]Berensztein, Sergio: Un partido para la Argentina moderna. Organización e identidad del Partido Socialista (1896-1916), Buenos Aires, CEDES 1991. Otra referencia hacia la política cultural socialista se puede encontrar en el texto de Dora Barrancos La escena iluminada, Plus Ultra, Buenos Aires, 1996. Barrancos dará cuenta de la importancia que tenía para el PS educar a las masas y concientizarlas. [2][2]La crítica apareció en La Vanguardia los días 2 y 3 de mayo de 1917. Las obras fueron publicadas en ediciones de publicación periódica. El movimiento continuo, estrenada el 28 de julio de 1916 en el teatro Apolo, de Buenos Aires, apareció luego en Bambalinas, el 24 de julio de 1924 y Conservatorio La Armonía, estrenada el Primero de Mayo de 1917 en el Teatro Argentino,  fue publicada en La Escena, el 26 de setiembre de 1918.