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En sapos y ranas, la habilidad de saltar es crítica para el escape ante predadores, en larvas la natación cumple la misma función. La eficacia del escape se relaciona con la trayectoria y la distancia de huída. Podemos considerar la eficacia del escape como una función de la distancia que se mueven con un salto, en el caso de las ranas adultas ó la distancia que recorren las larvas por medio de la natación. Estas distancias de escape son temperatura dependiente, por ello, los individuos tienden a mantener una temperatura corporal cercana a aquellas temperaturas que les permite tener la perfomance elevada. Nosotros estudiamos la perfomance natatoria en larvas de Odontophrynus occidentalis. Se determinó la perfomance natatoria midiendo el tiempo que tardaban las larvas en recorrer 30 cm, a diferentes temperaturas corporales (5, 10, 15, 20, 25, 30, 35 ºC). Se midió el tiempo (con cronómetro) de 5 larvas para cada temperatura. Las mediciones se repitieron cinco veces cada una hora. Las larvas se utilizaron para medir los desplazamientos solo a una determinada temperatura. Se utilizaron un total de 35 larvas entre los estadios 38 40 (Gosner, 1960), las mismas se mantuvieron bajo fotoperíodo de 12:12 horas de luz-oscuridad. El rango térmico donde obtuvimos la máxima perfomance natatoria fue de 10 ºC, observándose la máxima velocidad a los 25 ºC. Las velocidades obtenidas a temperaturas de 20-25-30 ºC fueron significativamente diferentes de las demás mediciones (ANOVA: F (6, 167)=7,79, p<0,000001). Los anfibios de zonas desérticas poseen amplios rangos de tolerancia térmica lo que les permite sobrevivir en regiones donde las temperaturas ambientales son altamente variables y un escape exitoso ante los depredadores es sinónimo de supervivencia.

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