INVESTIGADORES
KOCH Eduardo
congresos y reuniones científicas
Título:
Desarrollo de la glándula digestiva de Pomacea canaliculata con especial referencia al origen de los corpúsculos simbióticos.
Autor/es:
KOCH, E.; CASTRO-VAZQUEZ A.
Lugar:
Mendoza, Argentina
Reunión:
Workshop; POMACEA; 2003
Resumen:
Desarrollo de la glándula digestiva de Pomacea canaliculata, con especial referencia al origen de los corpúsculos simbióticos. Koch E. y A. Castro-Vazquez. Área de Fisiología Normal, Departamento de Morfología  y Fisiología, e Instituto de Histología y Embriología “Dr. Mario H. Burgos”, UNCuyo-CONICET, Casilla de Correo 33, 5500 Mendoza. E-mail: ekoch@fcm.uncu.edu.ar Los elementos simbióticos, que se encuentran en los caracoles adultos y que son designados como corpúsculos C y K, no están presentes, sin embargo, ni en la materia fecal ni en la glándula digestiva al momento del nacimiento, apareciendo en ambas localizaciones entre el día 3 y el 5 después de la eclosión. Las profundas modificaciones estructurales que sufre la glándula digestiva hasta cumplida la primer semana posterior a la eclosión, nos indujeron a estudiar detenidamente el origen de las células que albergan a los corpúsculos simbióticos. En las larvas trocóferas (dos días después de la oviposición) ya pueden distinguirse la boca, el arquenterón y la papila anal. Al 3er día, en las larvas velígeras (se puede ver las células del velo) el arquenterón ya muestra el color característico de la ovorrubina acumulada, proteína del albumen que es la fuente de energética del embrión en desarrollo. El albumen entra al tubo digestivo por una corriente ciliar generada en el estomodeo. La pared del tubo digestivo primitivo esta formada por células gigantes (hasta 100µm de longitud máxima) que circunscriben un lago central de albumen, al microscopio óptico estas células se ven como grandes vesículas rojizas en el embrión vivo. Al microscopio electrónico de transmisión se ven las grandes vesículas de albumen rodeados de una delgada capa de citoplasma. En la cara apical de estas células se ven numerosas figuras de endocitosis, forma en la que ingresa el albumen desde el lago central que mencionábamos antes a la célula donde se almacena. Estas células gigantes permanecen en el embrión hasta después de la eclosión. Alrededor del 5 día de desarrollo el tubo digestivo, que se destaca en el embrión vivo por su color rojizo, se divide en dos porciones. Una porción anterior que ocupa la parte dorsal de la cabeza y otra posterior que termina incluida dentro de la protoconcha. De estas dos porciones la primera se consume hacia fines del 6 día de desarrollo quedando solo la porción posterior a partir de la cual se desarrolla la glándula digestiva, el saco del estilo, el estomago y el intestino (?). Cercano al momento de la eclosión (pasando el día 11 de desarrollo y hasta la eclosión) las células que constituirán los alvéolos en la MGG del adulto aparecen en la porción posterior del tubo digestivo como parches entre células gigantes. Un sector del intestino medio se diferencia como una cavidad con epitelio ciliado, dando origen al estómago y al saco del estilo. En los juveniles que recién salen del huevo los parches antes mencionados se pliegan formando crestas que protruyen hacia el lago de albumen, y van originando así los alvéolos primitivos. Las células de estos alvéolos son de dos tipos: (1) las que designamos como prepiramidales (precursoras de las células piramidales del adulto), con gran núcleo y un citoplasma abundante y de forma irregular y (2) las células precolumnares, de núcleo pequeño, semejantes a las células columnares de los adultos, con activa endocitosis apical del albumen. Entre los días 3 y 5 post eclosión (p.e.) las células gigantes entran en regresión, reduciéndose su número y tamaño y reduciéndose, asimismo, el lago de albumen, que queda fraccionado por el crecimiento de las crestas y la formación de los alvéolos. La imagen de la glándula digestiva hacia el día 7 p.e. ya se asemeja notablemente a la del adulto: las células gigantes han desaparecido, los alvéolos están perfectamente definidos y el epitelio alveolar está formado por células columnares definitivas, con cps C envainados en sus bases, y liberación de cps C hacia la luz. También se han diferenciado las células piramidales, que se destacan por su citoplasma abundante y basófilo (que en las preparaciones electrónicas está ocupado por abundante retículo endoplásmico rugoso). Mientras que los alvéolos han casi alcanzado su morfología adulta, los conductos excretores de la glándula no han desarrollado el epitelio ciliado característico del adulto, sino que aparecen tapizados por células columnares y piramidales.