Virus Linfotrópico T Humano tipo I y II (HTLV-I/II)”

BIGLIONE MM; BERINI C; EIRIN C

Virología Médica

CORPUS

Año: 1998; p. 75 - 78

Historia y clasificación La clasificación actual de los retrovirus se basa en el análisis de la estructura genómica y en las  homologías de las secuencias nucleotídicas de los mismos, hallándose así varios géneros dentro de la familia Retroviridae. El virus linfotrópico T humano (HTLV) pertenece al género Deltaretrovirus, que agrupa los virus que se caracterizan por la presencia de 2 genes reguladores (tax y rex) que codifican proteínas no estructurales y carecen de oncogenes pese a ser virus transformantes. Existen cuatro tipos hasta ahora descriptos: HTLV-I, HTLV-II, HTLV-III y HTLV-IV, siendo los más estudiados los HTLV-I y II. En el año 1980 se descubrió el primer retrovirus humano denominado HTLV-I, aislado a partir de un paciente americano de raza negra que padecía un linfoma cutáneo T [Poiesz et al., 1980]. Dos años más tarde, se descubrió el HTLV-II en un paciente con una leucemia T vellosa [Kalyanaraman et al., 1982]. En 1983 se aisló un tercer tipo de retrovirus humano, en ese entonces denominado HTLV-III, pero al observar posteriormente que la patología que desarrollaban las personas infectadas se trataba de una inmunodeficiencia, fue denominado Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). En el año 2005,  se descubrieron dos nuevos tipos virales: HTLV-III y IV, ambos aislados en el sur de Camerún. El primero a partir de un pigmeo [Calattini et al., 2005] y el segundo a partir de cazadores de monos [Wolfe et al., 2005]. Dado su reciente descubrimiento, aún no se conoce su implicancia clínica. Los HTLVs se encuentran filogenéticamente emparentados con los virus linfotrópicos T simianos (STLVs) de los cuales existen los tipos I, II y III.  Si bien se supone que  todos los HTLVs tienen su contraparte en los STLVs, aún no se ha encontrado el STLV-IV. En conjunto, los HTLVs y STLVs se agrupan dentro de los virus linfotrópicos T de primates (PTLVs). Los HTLVs están estructuralmente relacionados y presentan vías de transmisión similares al VIH. Sin embargo, existen importantes diferencias en sus mecanismos patogénicos causando enfermedades muy distintas.