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En este trabajo desarrollo algunas cuestiones sobre el debate actual del género en la escuela y el rol del Estado en la promoción de políticas públicas en educación, especialmente en la Argentina a partir de la llegada de la democracia en los años 80 del XX. En principio, analizo cómo el sistema educativo de los Estados modernos occidentales ha incorporado de manera diferencial a varones y mujeres - basados en la creencia de la inferioridad de las últimas respecto de los primeros- a lo largo de los siglos XIX y XX. A pesar de los avances producidos hacia fin de siglo en la integración de las mujeres, las desigualdades persisten. Para reconocer cuáles son los principales problemas en el aula, presento las situaciones de interacción más comunes relevadas por investigadores/as de distintos países adonde se describen prácticas y discursos de maestros/as, profesores/as y alumnos/as en relación a los dos sexos. Frente a esta situación, y en un contexto internacional favorable, la Argentina en democracia creó una serie de instituciones gubernamentales y contrató, en varios casos, a reconocidos especialistas que diseñaron los programas de género. En este trabajo describo alguna de las acciones que se llevaron a cabo tanto en la Nación como en la provincia de Buenos Aires y cómo a lo largo de más de dos décadas dichas dependencias y programas carecieron de estabilidad política y/o financiera. Es decir, los expertos en el tema no pudieron articular una propuesta coherente a nivel de todas las áreas de Estado y sostenida en el tiempo. En base a lo expuesto hasta aquí, pretendo reflexionar si la modificación de la situación de inequidad de género en la escuela es resultado, antes que de una política pública focalizada en el ámbito educativo, de un Estado integrado por funcionarios comprometidos de manera integral con el problema, más allá de los cambios gubernamentales.

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