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Dada la urgente necesidad de diversificar la matriz energética mediante la incorporación de fuentes renovables y bajas en C, existe un gran desarrollo en el sector de la bioenergía, tanto a nivel global como en Argentina. Tanto es así, que el país ha logrado posicionarse como un importante productor y exportador de biocombustibles, especialmente de biodiesel obtenido a partir de aceite de soja. A pesar de los reconocidos beneficios de los biocombustibles, existen aún cuestionamientos acerca de la sustentabilidad de su producción, especialmente aquellos que se obtienen de biomasa de primera generación (1G). Estos cuestionamientos tienen que ver con la competencia directa con los alimentos e indirecta por el uso de recursos escasos. Ante este panorama, el enfoque de nexo Agua-Energía-Alimentos (AEA) se ha expandido rápidamente. Sin embargo, no se dispone aún de una metodología normalizada que permita analizar cuantitativamente las relaciones entre sus componentes y los impactos sobre losecosistemas de soporte. Este trabajo expone los principales resultados de una evaluación del nexo AEA bajo el enfoque de ciclo de vida para la producción de biodiesel de soja en la zona núcleo de Argentina. Se evaluaron dos modelos productivos según dos tecnologías agrícolas: soja de primera (ES) y sojade segunda (LS), ambas en siembra directa. El estudio se realizó considerando un alance desde la cuna hasta la puerta, para la unidad funcional 1 MJ de energía entregada por el biocombutible. Se analizaron tres indicadores de eficiencia para el nexo AEA: Retorno de la inversión en energía no renovable (EROI); Retorno energético de la inversión en agua (EROWI); y Retorno energético de la inversión en suelo productivo (EROPL), es decir apto para producir ysostener biomasa útil, como la alimenticia. Los resultados señalan que la energía entregada por el biocombustible es aproximadamente 2,4 veces superior a la energía necesaria para producirlo (directa+indirecta), siendo LS la tecnología de producción más alentadora en este sentido. Así mismo, se observa que el sistema LS es el más eficiente en cuanto a la cantidad de energía entregada por unidad de volumen de agua invertida (147 MJ/m3 para ES y 154 MJ/m3 para LS). En ambos casos, gran parte del impacto sobre la escasez de agua proviene de la producción de metanol, del transporte del grano hasta la planta de extracción y de la producción de glifosato. Por otra parte, se observa que ES es más eficiente que LS cuando se considera la relación entre energía entregada y suelo productivo invertido. Esto se explica porque ES tiene un mejor rendimiento de cosecha. A partir de estos resultados, se concluye que ninguno de los sistemas estudiados es más eficiente que el otro, considerando los tres componentes del nexo AEA simultáneamente. Además, confirma que los mejores rendimientos en producción no siempre se traducen en beneficios ambientales.

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