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Actualmente, la gestión de la energía, la tierra y el agua suele realizarse de forma aislada, sin la consideración adecuada de posibles implicancias intersectoriales, que pueden ser negativas o positivas. En este contexto, el enfoque de nexo agua-energía-alimentos (AEA) surge como una valiosa herramienta de soporte para encontrar soluciones intersectoriales colaborativas, especialmente en las regiones de mayor vulnerabilidad como las zonas áridas. Este enfoque pone de manifiesto la compleja vinculación entre los tres subsistemas, de modo que las acciones en uno de ellos generarán impactos en los demás, así como en los ecosistemas que les dan soporte. Este trabajo expone los principales resultados de una evaluación del nexo AEA bajo el enfoque de ciclo de vida para un parque solar que inyectará energía al corredor Centro-Cuyo-Noroeste Argentino. Se analizaron los impactos de la generación de energía sobre la producción de alimentos y la disponibilidad de agua, mediante indicadores de uso del suelo y escasez hídrica, considerando los flujos directos de recursos, materiales y energía.El valor hallado para el indicador de escasez hídrica fue 0,44 l/kWh, correspondiendo el 96% del total al agua consumida durante las tareas de construcción y el resto a la limpieza de los paneles durante su operación. En cuanto al impacto potencial sobre la producción de alimentos se obtuvieron valores entre 0 y 0,53 kg C/kWh año. Estos resultados son altamente dependientes del uso anterior de la tierra: si el parque solar se localiza en un área de uso agrícola que mantiene su capacidad productiva, el impacto sería 40% superior al que se generaría si se ubicara en un área de monte nativo. En cambio, si el parque se localizara en un área urbanizada (pavimentada o altamente compactada), el impacto medido sería nulo evitando el conflicto con los alimentos por el uso de recursos.

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