Globalización y posthistoria. Algunas reflexiones en torno al por-venir y al fin de la historia

ADRIÁN RATTO

Bariloche

Congreso; IX Coloquio Internacional Bariloche de Filosofía; 2008

Fundación Bariloche

El fin del Siglo XX ha estado signado por discursos de muerte y de fin: muerte del sujeto, muerte de las ideologías y fin de los "meta-relatos". En este contexto Francis Fukuyama en 1992 anunció en The End of History and the Last Man, el "Fin de la Historia". Dicho fin no equivalía a un anuncio apocalíptico (aunque no faltaron discursos de este tipo en esa época), sino a la declaración de la imposibilidad de que algo nuevo pudiese irrumpir en la historia; dicho discurso aplazaba la novedad y condenaba al tiempo a reproducir el presente. Ese clima intelectual destruyó la idea de "futuro" y generó, cuando no una vuelta nostálgica hacia el pasado, un aplanamiento del presente, un, en palabras de Manuel Cruz, "presentismo" (M. Cruz, Cómo hacer cosas con recuerdos, 2007, 21). La temporalidad así pensada es una temporalidad desvinculada de la subjetividad, una temporalidad cerrada, completa, consumada. A la luz algunas concepciones de la historia de los pensadores franceses del siglo XVIII, particularmente de la concepción de Voltaire, quien en su Essai sur les moeurs et l´esprit des nations (1756), conjura el providencialismo y relata el devenir de un tiempo humano, un tiempo frágil e indeterminado, este trabajo intentará religar historia y subjetividad y recuperar así la "fragilidad" y la apertura de la historia. El objetivo es superar esta recaída de la historia en la naturaleza y restablecer la historia como el lugar de lo humano y, por eso, de lo inacabado y lo abierto; el objetivo es devolver al tiempo su espesor.