El cuidado como lente para la observación de la desigualdad en contexto de pandemia por COVID 19

ALEJANDRA GARCÍA VARGAS; LAURA GOLOVANEVSKY

Jornada; PRE- Congreso ASET ? JUJUY 2021; 2021

En esta presentación proponemos vincular la desigualdad (principal pero no únicamente de género) con la temática del cuidado, enfocando particularmente las consecuencias de la pandemia Covid 19 en esta relación. Para ello, utilizamos un abordaje interpretativo basado en información de diversas fuentes disponibles y relevantes, tales como datos cuantitativos de estadísticas que no enfocan específicamente la temática o documentos de distintas organizaciones con balances o exploraciones relativas a los diversos actores y actrices sociales implicadas. La propuesta se inscribe en el conjunto de trabajos académicos y activistas que -combinando aportes de las epistemologías feministas y los estudios sobre la desigualdad social- buscan pensar al cuidado ?como si fuera una lente a través de la cual vemos el mundo?, resaltando la capacidad de hacernos ver -y permitirnos analizar- las relaciones sociales. Una desigualdad, si se quiere fundante, en el cuidado, es aquella que se produce entre varones y mujeres en cuanto a sus responsabilidades y ocupación en tareas que hacen a la reproducción cotidiana en la esfera doméstica. El trabajo de cuidado es, en nuestras sociedades, un trabajo de mujeres. Esta desigualdad se entrelaza con otros aspectos, visibles en las situaciones de aquellas mujeres que trabajan en el cuidado y que a su vez deben organizar la provisión del cuidado en sus propios hogares, dando lugar a una imbricación entre el trabajo no pagado de las amas de casa y el pagado de las empleadas domésticas. Se trata de una característica especialmente latinoamericana y se convierte en otro mecanismo para reforzar la desigualdad, no solo de género, sino entre sectores de diferentes niveles de ingresos.La histórica situación de desigualdad vinculada al cuidado se ha visto profundizada en el contexto de la pandemia por Covid19. El conjunto de medidas asociadas a ella implicó que buena parte de la sociedad cambiara sus hábitos, circunscribiendo la mayor parte de la vida cotidiana al espacio de los hogares. En este contexto, si bien la pandemia impactó en todas las personas, las más afectadas fueran las mujeres con cargas familiares y domésticas. La pandemia profundizó el modelo familista de cuidado prevaleciente en general en América Latina, apareciendo como una posibilidad que a futuro las mujeres reduzcan su tiempo de trabajo remunerado o abandonen completamente el mercado laboral, impactando negativamente en su autonomía. A su vez, para las trabajadoras de casas particulares, la imposibilidad de concurrir a sus empleos ha significado, en la mayoría de los casos, la pérdida de ese ingreso. Si bien, en algunas ocasiones, estos montos han sido parcialmente compensados con políticas estatales, ha significado una desestructuración en la vida laboral de tales trabajadores/as muy difícil de revertir al pasar a fases de menor restricción en la circulación. Las reflexiones finales están orientadas a señalar que, si bien el bienestar humano se presenta reiteradamente como horizonte para las aspiraciones democratizantes de las sociedades contemporáneas, el cuidado, como su principal eje vertebrador, ha sido históricamente invisibilizado. Sin embargo, la pandemia y las medidas preventivas por Covid19 han puesto en el centro del debate esa evidente interrelación. La pandemia ha revelado una profundización de la desigualdad de base en las dinámicas del cuidado, fundamentalmente en exacciones a las mujeres (aunque sean diferenciales de acuerdo a los ingresos y la calidad del empleo). Al mismo tiempo, se han vuelto notorios los déficits para construir lógicas de cuidado más justas desde el Estado y desde los vínculos comunitarios, familiares e interpersonales.