INVESTIGADORES
GOLOVANEVSKY Laura Andrea
congresos y reuniones científicas
Título:
Acerca del significado de la noción de exclusión social
Autor/es:
LAURA GOLOVANEVSKY
Lugar:
San Salvador de Jujuy
Reunión:
Jornada; VII Jornadas Regionales de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales; 2002
Institución organizadora:
Facultad de Humanidades y Cs Sociales de la UNJu
Resumen:
La preocupación respecto de la exclusión aparece con la sociedad moderna, y es tratado fundamentalmente por la teoría social y parcialmente desde la teoría económica en términos de la distribución del ingreso y la riqueza. Desde distintos enfoques Comte, Weber y Durkheim abordaron el tema de la conformación y la cohesión social. La denominada cuestión social estuvo fundamentalmente dada por la preocupación de la inclusión de las crecientes masas de pobres al proceso abierto por la revolución industrial y por el mantenimiento de la cohesión social. La asalarización ha constituido el gran mecanismo de inclusión social durante buena parte de este siglo y el Estado de Bienestar su complemento.             La categoría de exclusión social aparece en Francia, en un libro de Pierre Massé primero y en otro de René Lenoir después. En esa época Francia vivía los “treinta gloriosos” años posteriores a la segunda guerra mundial y los excluidos eran los que quedaban al margen del progreso, dando testimonio de un pasado pobre del cual los sectores populares habían podido escapar mayoritariamente. Tiene su raíz en la concepción durkhemiana de cohesión social. Los excluidos son los inadaptados, lo que quedaron fuera y no fueron capaces de entrar. Como era un fenómeno de pequeñas dimensiones el término tuvo una circulación limitada.             El término reaparece a comienzos de los 90 cuando los cimientos de la sociedad salarial se habían desgastado y el empleo se volvió cada vez más precario. La exclusión ahora refiere a “procesos susceptibles de conducir a una ruptura progresiva de los lazos sociales”. Así, el debate sobre exclusión social de los 90 en Europa remite a los temas similares en América Latina en los 60. Pese a las diferencias, la idea de “excedente” reaparece : no se los necesita, están de más.             La exclusión social, a grandes rasgos, se refiere a un debilitamiento o quiebre de los lazos (vínculos) que unen al individuo con la sociedad, aquellos que le hacen pertenecer al sistema social y tener identidad en relación a éste. A partir de esta concepción se establece una nueva forma de diferenciación social entre los que están dentro (incluidos) y los que están fuera (excluidos). Se puede identificar esta ruptura o quiebre con tres vínculos : sociales, comunitarios e individuales. La exclusión sería una trayectoria de sucesivas y crecientes rupturas en este sentido.             Los lazos que unen al individuo con la sociedad pueden ser catalogados en tres niveles : funcional (que permiten la integración del individuo al funcionamiento del sistema, como el mercado de trabajo, las instituciones de seguridad social, el sistema legal vigente), social (que incorporan al individuo en grupos o redes sociales, como la familia, los sindicatos, etc.) y cultural (que permiten que los individuos se integren a las pautas de comportamiento y entendimiento de la sociedad, que participen en las normas y creencias socialmente aceptadas). En esta perspectiva, la exclusión social es la separación del individuo de la sociedad, que trae como consecuencia un aislamiento del mismo dentro de ella y una no participación dentro del entorno social. Este aislamiento es visto como problemático en la medida en que muchas veces le impide a la persona desarrollarse normalmente dentro del sistema.             Un antecedente ineludible para reflexionar teóricamente acerca de la exclusión en América Latina es la noción de marginalidad. La misma apareció en el marco de las críticas al paradigma de la modernización y de la teoría centro-periferia encarnada por Prebisch. Se trata de un concepto amplio, que en un principio se refería a los asentamientos urbanos periféricos (villas miseria), con énfasis en las condiciones habitacionales. Al comprenderse que lo importante no era tanto la vivienda como sus habitantes, la marginalidad se comienza a discutir como un problema social. En general, lo marginal se oponía a lo urbano-moderno, que era portador del proyecto de desarrollo capaz de absorber a los marginales. Tal absorción se dificultaba por las deficiencias psicológicas o culturales del propio grupo.  Es aquí donde se introduce la noción de masa marginal, dando este nombre a la superpoblación relativa que, a diferencia del ejército industrial de reserva de Marx, no produce efectos funcionales.             Dada la existencia de los desarrollos sobre marginalidad e informalidad en América Latina, la difusión de la noción de exclusión ha motivado un debate acerca de la utilidad de este enfoque, surgido en los países avanzados, en particular Europa. La pregunta central es si el concepto de exclusión social agrega algo a las nociones de marginalidad, pobreza e informalidad, o si se trata de una simple importación de términos acuñados en otros contextos, y que no agregan nada a los marcos ya elaborados en la región. Al respecto, algunos autores consideran que el panorama que brindan los conceptos de exclusión, vulnerabilidad e inclusión constituye un aporte positivo, tanto desde el punto de vista de la comprensión de los fenómenos presentes en sociedades de América Latina como desde el de la formulación de políticas.             El concepto de exclusión social tiene la virtud de expandir el tradicional enfoque economicista al tratar temas como pobreza y marginalidad. Esta concepción teórica rescata diferentes dimensiones sociales bajo una misma categoría ; reuniendo así lo político, lo económico, lo social y lo cultural permite dar cuenta de los fenómenos en toda su complejidad, dinamismo e interrelación. Al superar el carácter dicotómico de las usuales conceptualizaciones de pobreza, evita dividir a los individuos o grupos en dos, reconociendo que existe una serie de situaciones intermedias. Resalta el aspecto dinámico de los procesos que pueden tender a la exclusión, eliminando la idea de situaciones dicotómicas y estancas, permitiendo una descripción del conjunto de la sociedad que incorpora la heterogeneidad de formas de vulnerabilidad y el dinamismo de las desigualdades que caracterizan la actual estructura social. La exclusión es también un concepto relativo, que varía en el tiempo y en el espacio. Además, el concepto de exclusión social ofrece una manera de integrar nociones vagamente interrelacionadas tales como pobreza, privación, falta de acceso a bienes, servicios y activos, precariedad de derechos sociales, y provee un marco general. Permite de esta forma incorporar una visión holística de la sociedad, integrando, en forma dinámica, el problema de la exclusión al de la inclusión social.             Lo interesante del concepto es que focaliza la atención en la exclusión como un proceso e intenta analizar los factores que intervienen en esta marginación de los individuos, es decir, busca descubrir y comprender cómo la sociedad y la economía marginan a unos e integran a otros de un modo sistemático.             Además, la perspectiva de la exclusión social pone énfasis en la desigualdad social, considerando que para que haya personas excluidas tiene que haber otras incluidas, es decir, tienen que existir estructuras y fuerzas de exclusión. De esta forma, el enfoque de la exclusión social se orienta más al análisis de las causas, los procesos, las instituciones y los actores, con énfasis en las capacidades y derechos de las personas más que en la satisfacción de las necesidades básicas.             Este trabajo se propone profundizar en el significado de la noción de exclusión social, su origen histórico, sus usos actuales, sus ventajas y desventajas frente a otros conceptos tales como pobreza y vulnerabilidad.