INVESTIGADORES
GOLOVANEVSKY Laura Andrea
congresos y reuniones científicas
Título:
Desigualdades territoriales persistentes: Efectos de la estructura productiva en el mercado de trabajo jujeño (2004-2019).
Autor/es:
BERNASCONI, MARIANA; LAURA GOLOVANEVSKY
Lugar:
San Salvador de Jujuy
Reunión:
Jornada; Pre Congreso de ASET en Jujuy; 2023
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Económicas. Universidad Nacional de Jujuy
Resumen:
El tipo de especialización productiva y el grado de desarrollo económico de los territorios resultan determinantes a la hora de analizar las distintas condiciones de vida y de acceso a los derechos económicos, sociales y culturales de los países y al interior de ellos (Abeles y Villafañe, 2022). Por ello, nos preguntamos cómo es la estructura productiva de Jujuy y cómo afecta a la demanda de trabajo, así como por los cambios observables en lo que va del siglo XXI. La metodología se basa en el análisis estadístico de fuentes secundarias: Censos Nacionales Económicos (2004 y 2021), la serie de PBG de la provincia (2004-2019), así como la de valor agregado bruto desagregado (52 sectores) por provincia (2004-2019) elaborada por la CEPAL y el Ministerio de Economía de la Argentina, y la base de datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (2003-2019) que posibilita la observación comparada de la distribución de los sectores económicos en términos de remuneraciones, el tamaño de las firmas y la cantidad de personas empleadas en cada uno. Esta fuente está construida en base a los datos de los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que contienen las declaraciones mensuales que realizan las empresas sobre el personal que tienen en relación de dependencia para el pago de los aportes y contribuciones patronales, es decir, se refiere al mercado de trabajo privado formal. Si bien esta es una limitación en el análisis, la mirada que se ofrece es actualizada y representativa de toda la provincia, aunque necesariamente deberá complementarse con otros análisis. Los cortes temporales que se utilizan son entre dos puntas, 2004 y 2019, elección que se justifica en el inicio en función del punto de partida de la mayoría de las series de datos utilizadas y al año anterior a la pandemia, en el cierre. Tomar los años posteriores implicaría considerar períodos atípicos que probablemente conducirían a conclusiones incorrectas.Los principales resultados muestran que la estructura productiva de Jujuy presenta en los últimos años una configuración asentada cada vez más en los servicios en detrimento de la elaboración de bienes. Las actividades que más aportaban al producto provincial en 2019 eran la administración pública (17,7%) y el comercio (16,9%). La relevancia creciente en la generación de valor económico por parte de las actividades administrativas y de defensa propias del Estado, que prácticamente se duplicó en los quince años bajo análisis, enciende luces de alerta en cuanto a la potencialidad de la provincia para generar oportunidades de crecimiento en base a la producción. Por su parte, la industria se trataba del tercer sector en orden de relevancia (11,6%), pero su peso se encuentra en clara caída desde 2004, momento en que constituía la actividad de mayor generación de valor bruto de la economía jujeña. Además, la mayor parte del valor de la producción industrial provincial es explicado por ramas de bajo contenido tecnológico y por algunas de mediana-baja tecnología. Esta característica que define una estructura industrial subdesarrollada es reforzada por un alto índice de concentración de la producción en pocas grandes y medianas empresas, insertas en los rubros más sencillos tecnológicamente, y una fuerte extranjerización del capital en las ramas líderes, como las mineras más grandes, que suelen conservar en sus países de origen la fabricación de equipos de alta tecnología, así como la totalidad de inversión en I+D. Cabe advertir también sobre la pérdida de protagonismo de la agricultura y ganadería en la economía provincial (más de la mitad entre las dos puntas), así como la duplicación del peso de la minería extractiva, aunque todavía sigue teniendo una participación baja (4,3% en 2019).En 2003, el sector que mayor cantidad de trabajadores formales contrataba era el de los servicios (31,3%). Las ramas del ámbito privado con mayor capacidad de contratación de personal eran las de enseñanza; transporte, almacenamiento y comunicaciones y la de servicios inmobiliarios y empresariales. Los servicios eran seguidos de cerca por la industria que representaba el 27,3% del empleo formal. La agricultura y ganadería ocupaban al 20,2% de asalariados y, el comercio, el 12,5%, mientras que la construcción, la minería extractiva y el sector de servicios públicos tenían menor peso. El desigual desenvolvimiento de los sectores en los quince años analizados condujo también a un crecimiento diferenciado en los puestos de trabajo creados, con las consecuentes variaciones de la participación en el empleo provincial registrado, aunque sin alterar el orden previamente demostrado. La profunda heterogeneidad entre las diferentes ramas es notoria, ya que solo las empresas industriales, mineras y de energía, gas y agua pagan salarios superiores al promedio provincial y generan una cantidad moderada de empleo formales. La mayoría de las ramas cuentan con establecimientos de tamaño micro/pequeño y con salarios por debajo de la media provincial. Es decir, existe correlación positiva entre el tamaño de las empresas y las remuneraciones que se pagan en Jujuy, aunque con ciertos grados de libertad. Además, es de esperarse que, en caso de incluir a los segmentos informales de la economía, tales heterogeneidades se acrecienten.También se verifica que existe una alta correlación entre la productividad del sector y el salario retribuido al personal. Los salarios más bajos se dan en el sector de los servicios, específicamente en el alquiler de equipo de transporte y maquinaria, mientras que los más altos corresponden a la obtención de productos químicos, es decir, a la industria. Puede señalarse, de esta manera, que en la industria se dan las mejores condiciones en términos de productividad y remuneraciones. Se concluye que existen sectores internacionalizados de alta productividad y tecnología que generan trabajo formal y pagan elevados salarios, junto con empresas de productividad intermedia y baja, con mayores dificultades para pagar buenas remuneraciones e integrarse al segmento formal, así como para exportar. Este problema se ve reforzado por el hecho de que, si bien los sectores de mayor productividad presentan niveles de ingreso promedio mayores, su capacidad de generar empleo directo es limitada y, por lo tanto, muestran una baja participación en el empleo total. La permanencia de una elevada proporción de ocupados en actividades de muy baja productividad constituye el principal obstáculo para superar la pobreza, dado que los ingresos generados son insuficientes para satisfacer sus necesidades básicas.