Pobreza, vulnerabilidad, programas de empleo y conflictos sociales en Jujuy

LAURA GOLOVANEVSKY Y GABRIELA SALA

Buenos Aires

Encuentro; II Reunión Anual sobre Pobreza y Distribución del Ingreso; 2001

Universidad Torcuato Di Tella.

En este artículo nos proponemos abordar algunas características del Programa Trabajar en Jujuy a la luz de los conflictos sociales que atraviesa dicha provincia, enmarcados en una situación de preocupante pobreza y vulnerabilidad. Debido a las condiciones particularmente graves en cuanto a pobreza y conflictos sociales que se vivieron durante 1997, focalizamos el estudio del Programa Trabajar en dicho año. Entre las conclusiones se señala que los procesos que se tradujeron en un aumento de la desocupación en Jujuy tienen larga data y se vinculan a un modelo de crecimiento que giró en torno a la producción azucarera, con una fuerte participación estatal en la contención de la mano de obra que esta actividad no pudo absorber o dejó desempleada. La mitigación del desempleo a través del Programa Trabajar responde a esta misma lógica. Pero dada la crisis del modelo de Intervención del Estado de Bienestar, la generación de empleo público como respuesta de carácter permanente al problema del desempleo en la actividad privada, se transforma en la década de los noventa en respuestas de carácter coyuntural y transitorio. El Programa Trabajar, si bien por su nombre y algunos de sus objetivos parece apuntar al problema del empleo, se trata más bien de un caso concreto de política social, de tipo asistencialista, focalizada a una población determinada. De esta manera, la gestión del empleo se confía al nivel local, sin considerar que el empleo es un problema macroeconómico. Por otro lado, el programa fija el criterio de la pertenencia comunitaria sobre quién recibe ayuda. En cuanto a los criterios de asignación, este trabajo concluye que la asistencia fluyó mayoritariamente a áreas con conductas electorales más previsibles o controlables, en el marco del peculiar sistema electoral encarnado en la Ley de Lemas. En este sentido, las localidades más pequeñas, que resultaron ser, proporcionalmente, las más beneficiadas, son capaces de garantizar la disciplina electoral en una medida que en aglomerados de mayor tamaño no sería posible. Por otro lado, el programa fija el criterio de la pertenencia comunitaria sobre quién recibe ayuda. En cuanto a los criterios de asignación, este trabajo concluye que la asistencia fluyó mayoritariamente a áreas con conductas electorales más previsibles o controlables, en el marco del peculiar sistema electoral encarnado en la Ley de Lemas. En este sentido, las localidades más pequeñas, que resultaron ser, proporcionalmente, las más beneficiadas, son capaces de garantizar la disciplina electoral en una medida que en aglomerados de mayor tamaño no sería posible.