INVESTIGADORES
GOLOVANEVSKY Laura Andrea
congresos y reuniones científicas
Título:
Mercados municipales en Jujuy: entre la tradición, la refuncionalización y la informalidad
Autor/es:
LAURA GOLOVANEVSKY; LUCIANA BARCONTE; MARIANA BERNASCONI; MÓNICA ECHENIQUE; MARIBEL GUDIÑO; CARINA MERCADO; JULIA REINALDI; MARÍA GUADALUPE REVUELTA; MARÍA AGUSTINA ROMERO
Lugar:
Resistencia
Reunión:
Jornada; VI Jornadas Nacionales sobre Estudios Regionales y Mercado de Trabajo; 2022
Institución organizadora:
Facultad de Cs Económicas, Universidad Nacional del Nordeste y Red SIMEL
Resumen:
En el marco del proyecto de investigación “Mercados municipales en Jujuy: intercambios, consumo y empleo desde una mirada socioeconómica” que venimos ejecutando desde el año 2020 a través de la Secretaría de Ciencia y Técnica y Estudios Regionales de la Universidad Nacional de Jujuy, nos propusimos describir y analizar los mercados municipales en la provincia de Jujuy. Focalizados en una perspectiva socioeconómica que atiende aspectos vinculados a los intercambios que allí tienen lugar, como así también al empleo que se genera, los productos que se comercializan y sus redes de aprovisionamiento/cadenas de valor, los tipos de consumidores que asisten y sus conductas/estrategias y la interacción con el Estado. En el presente trabajo revisaremos aquellas dinámicas tradicionales en cuanto al funcionamiento de los mercados, a la refuncionalización de muchos de ellos y finalmente la informalidad. Ésta última como una forma de intercambio comercial y productivo que excede a los mercados pero que tiene antigüedad en las prácticas cotidianas de los/as jujeños/as, que a su vez se remonta a formas de supervivencia de vastos sectores de la economía local.Los mercados de abastecimiento de alimentos son unas de las instituciones más antiguas de la humanidad, pero han ido experimentando diversas transformaciones en el tiempo. En la actualidad se han convertido en objeto de análisis científico desde distintas perspectivas, debido al fenómeno vigente de revalorización, refuncionalización y reinvención de los mercados municipales de abasto, el cual es visible en numerosas ciudades del mundo, y particularmente de América latina. Es común por tanto que las planificaciones políticas y los proyectos gubernamentales incorporen los antiguos mercados de abasto existentes en un determinado territorio como recurso prioritario para captar corrientes de inversiones multinacionales y privadas, con fines de promoción turística y/o de patrimonialización. Además, los mercados municipales de abasto son espacios comerciales de carácter universal en sentido estricto y, a la vez, son espacios sociales donde se cubre una necesidad primaria como la alimentación, socioculturales y de significación. Como sostienen Medina y Álvarez (2009) los mercados son espacios donde se produce la compra-venta en pequeñas cantidades, principalmente, aunque no exclusivamente, de alimentos. El mercado simboliza la venta del producto fresco, que dispuesto de manera visual y accesible puede ser visto, olido y tocado, ofreciendo una gama de colores y texturas, de aromas y olores (Medina y Álvarez, op.cit.). Además de lugares de intercambio los mercados permiten observar el contexto socioeconómico, la capacidad de organización de los actores y, fundamentalmente, las relaciones sociales. A su vez, es en los mercados y ferias periódicas en los únicos lugares donde se encuentran ciertos insumos necesarios para la elaboración de comidas tradicionales, es decir indígena-campesinas, ya que algunos de ellos no son productos de la economía de mercado y suelen ser producidos en pequeñas escalas e incluso hasta ser obtenidos por recolecciones de vegetales no cultivados.Debido a estas características los mercados públicos son apreciados por investigadores sociales como lugar de observación, por tratarse de espacios en los cuales se configuran huellas urbanas insoslayables (Ayús 2005, Kingman 2012) y por ser referentes en la construcción de las identidades colectivas, además de sitios de reproducción de las culturales locales (Delgadillo 2016a). Siendo la compraventa de productos locales frescos su función esencial, los mercados trascienden tal propósito y ayudan a desarrollar las relaciones vecinales o barriales (Hernández 2014, Robles 2008). En el caso de los mercados municipales de Jujuy, muchos de ellos han quedado ubicados en los cascos céntricos de los diversos pueblos y ciudades. La particular composición del paisaje popular de los mismos en Jujuy resulta llamativa, pese a lo cual no ha sido aun explorada para la inversión turística específica. En el caso de la ciudad capital, la superposición de rubros, bienes, comidas regionales, entre otras, hace de esas zonas un nodo cultural. En este sentido, se toma la noción de los mercados municipales como “espacios en disputa”, categoría que se construyó a partir del análisis de experiencias realizadas en diversas ciudades del mundo desde mediados de la década de 1980 para llevar a cabo procesos de modernización de los antiguos mercados de abasto. En esta noción se contempla la tensión entre modelos de valorización de estas instituciones que contraponen patrones, visiones y diagnósticos alternativos acerca del rol y el desempeño en cada sociedad de los tradicionales mercados de abasto (Delgadillo 2016a y b). Esta tensión enfrenta a quienes defienden una estructura a favor de la reproducción de las economías globales (como las grandes cadenas de supermercados en materia alimenticia) y como bienes privados; y los sectores que ponderan la propiedad pública de estas instituciones articuladas con la reproducción y desarrollo de las economías locales. En tanto “espacios en disputa”, los mercados son resultado de procesos y prácticas materiales que producen y reproducen la vida social (Harvey, 2005). Ahora bien, los recaudos vinculados a los mercados como “espacios en disputa”, permiten advertir que las narrativas patrimonializantes, turísticas, las de buena parte de la planificación urbana, la publicidad y los medios hegemónicos de distribución amplia en el contexto local, invisibilizan una parte de la trama social: aquella que se recupera al considerar el punto de vista de los actores ya presentes, sus recorridos y prácticas cotidianas (Carman, 2006).El rol de los mercados de abasto ha sido históricamente relevante. En el caso de Jujuy, encontramos variadas situaciones teniendo en cuenta su ubicación. Los mercados, por lo general, se encuentran en el casco céntrico, o zonas estratégicas en términos de circulación y accesibilidad. Sobre todo los mercados de mayor antigüedad, en términos edilicios, se constituyen foco para la turificación, como suele ocurrir en numerosas ciudades en el mundo. A su vez, en momentos de crisis económica y social (con caída del producto, tasas de inflación por encima del 50% anual y niveles de pobreza que involucran al menos un tercio de la población), estos mercados de abasto cobran importancia, puesto que las dos partes del “mercado” resultan afectadas. Mientras los consumidores buscan algún refugio para proteger su poder adquisitivo, los productores ven resentidas sus ventas y las estructuras productivas y de comercialización sufren cambios traumáticos. Estos aspectos, que pueden ser observados desde diferentes perspectivas y espacios, tienen especial interés para ser analizados a partir de “pequeños espacios” de múltiple significación, como pueden ser los mercados y zonas aledañas. En ese sentido, analizar los mercados municipales de Jujuy como punto de encuentro de consumidores buscando oportunidades y productores intentando canales de venta, mediados por puesteros y vendedores que se ubican dentro y en las márgenes de tales mercados, parece una vía de estudio para la crisis actual, así como para visualizar las oportunidades, tanto para productores a través de la conformación, reafirmación o reconversión de cadenas de valor como para los puesteros que pueden ver revalorizados estos espacios de tan vasta historia como patrimonio cultural y turístico de los diferentes pueblos y ciudades. Estos espacios (los mercados) tienen además de lo ya señalado la particularidad de ser espacios donde las cuestiones idiosincráticas, la historia y la cultura específica de cada lugar le dan un significado propio, que nos permite una mirada también hacia la constitución de las cadenas de valor y sus dinámicas (tanto para vendedores como para compradores).Nos encontramos en una etapa progresiva del trabajo de campo, donde hemos podido realizar observaciones sistemáticas y un relevamiento cuali y cuanti en distintos mercados de la provincia. Existen mercados de concentración y abasto y otros de abastecimiento solamente. Son recintos muy amplios donde los comerciantes o puesteros se reúnen para poner sus productos en venta al público. Los mercados a través del comercio reflejan el tejido social de las ciudades. Durante la primera etapa hemos realizado la cartografía social y una tipología de los mercados tradicionales municipales de abastecimientos en la ciudad. Seguidamente prevemos profundizar a través de entrevistas y encuestas para poder reflexionar y examinar críticamente las potencialidades abiertas a partir de las categorías de revalorización, refuncionalización y reinvención desde una perspectiva multidimensional, visibilizando que es lo que está ocurriendo en la ciudad con ellos.El relevamiento se enfocó en los Mercados Municipales de la Ciudad de San Salvador de Jujuy y algunos del interior de la provincia, a saber: Mercados de Abra Pampa, Humahuaca, La Quiaca, San Pedro y Tilcara. En este trabajo se presentan resultados mercados municipales de San Salvador de Jujuy.En base a las observaciones realizadas hasta el momento tenemos cuatro mercados municipales estudiados donde el Mercado de Concentración y Abasto de Avenida Almirante Brown es el de mayor envergadura en la ciudad de San Salvador de Jujuy, registra un importante volumen de ventas, ubicada también en la zona sur de la ciudad. A estos se agrega el recientemente creado Mercado Sur.Existen alrededor de 120 puestos de ventas. En el área interior se encuentran puestos de verduras, frutas y huevos. En el sector externo, rodeando el mercado, se observan locales que ofrecen productos y servicios variados como ser: cerrajería, juegos de azar, panadería, confitería, pollería, restaurante, ventas de quesos, peluquería, telecentro, cafetería y una delegación del Registro Civil de la provincia. En el primer piso del mercado funcionan oficinas públicas municipales. En las veredas se ubican carros de venta de productos varios. En el ala exterior, en otra manzana, se encuentran puestos de verduras, frutas y huevos al por mayor y puestos de ventas minorista y mayorista de mercadería, productos de limpieza, carbón y bolsas plásticas, una veterinaria y un restaurante. En esta área como en la zona interna del mercado es donde se registran los mayores niveles de comercialización.En este mercado se realizó una encuesta a puesteros/as. Para la selección de la muestra se procedió a dividirlos en rubros y se encuestó a 1 de cada 10: ventas de verduras y frutas al por menor (6), ventas de verduras y frutas al por mayor (2), ventas de mercadería al por mayor (2) y otros (2). La muestra quedó conformada por 12 puestos. Se procedió a realizar las encuestas en dos días diferentes. De las 12 personas encuestadas 8 son mujeres y 4 varones. El rubro mercadería al por mayor, donde el caudal de clientes es superior al resto, fue el que presentó inconvenientes para acceder a realizar la encuesta, una persona se negó aduciendo falta de tiempo, otra aceptó, respondió dos preguntas y luego de mala manera canceló la misma; y el tercer puesto al que sí se pudo realizar la encuesta, si bien se dedica a la venta de mercadería al por mayor y menor, su volumen de comercialización es notablemente inferior a los dos locales anteriores. Por este motivo, el número de encuestas procesadas asciende a 11. El rango de edad de las personas entrevistadas se encuentra entre los 24 y 62 años. De las cuales 2 cursaron el nivel primario, 6 el secundario y 3 el nivel terciario y universitario.En general la trayectoria de trabajo en el mercado es diferente, se encontró que trabajan en el mercado hace menos de 5 años, 3 personas, 2 personas entre 5 y 10 años, 5 entre 11 y 20 y 1 más de 20 años. De todos los locales encuestados 7 se configuran como emprendimientos familiares. De estos últimos el que posee la mayor cantidad de miembros es de 4 personas y la mayoría está conformados por dos personas parientes. En 5 puestos existen trabajadores que no son familiares, principalmente en los que revisten la calidad de mayoristas, en donde la mayor cantidad registrada fue 3 personas. Se registró que la mayoría de los puestos compran a intermediarios o a intermediarios o productores directos por igual cantidad. Principalmente se proveen de las ferias mayoristas de Perico, Palpalá, Aguas Calientes, Monterrico o en el propio mercado. Solo dos mencionaron realizar compras en otras provincias. La elección del proveedor depende principalmente de los precios al momento de efectuar la compra.Solo un puesto realiza procesamiento con los productos que vende. La mayoría vende solo a consumidores finales.En cuanto a las características de los clientes mencionaron que se puede observar de todas las edades, pero con mayor frecuencia a personas adultas de mediana edad.Antes de la pandemia por COVID, 6 referentes de los puestos ya observaban una tendencia a la disminución de clientes. Por la situación de pandemia, 3 puestos comenzaron a hacer delivery y 5 cambiaron su forma de cobrar. Lo hacen también por transferencia o mercado pago.Del total de encuestados 7 mencionan que no realizan acuerdos de precio con la competencia.La mayoría considera que sus principales competidores son las ferias, en particular la relativamente nueva feria mayorista y minorista que se encuentra también en el lado sur de la ciudad. En orden de importancia de competidores se encuentran después, los puestos ambulantes y los ubicados en espacios verdes.Con respecto a la infraestructura, todos coinciden que se encuentra bastante deteriorada, que no se realiza el mantenimiento necesario y que la problemática se agudiza cuando llueve. Se menciona la falta de limpieza, organización en la ubicación y división de los puestos y que los baños no están en condiciones adecuadas. Algunos sostienen que se está refaccionando principalmente la fachada exterior pero que eso no alcanza. Las personas encuestadas trabajan en el mercado por diferentes motivos: una de ellas era empleada del puesto y la dueña anterior se retiró y le dejó el lugar. Otras personas mencionaron que sus padres trabajaban ahí y ellos continuaron como colaboración familiar pero se están desarrollando académicamente cursando estudios de nivel superior. Una mujer afirmó que se desempeñaba en el rubro gastronómico y como no le fue bien decidió vender la materia prima. La mayoría lo hace por necesidad, algunas de las personas encuestadas mencionaron que lo hacen porque no conseguían otro tipo de trabajo, principalmente debido a que no continuaron con sus estudios.El Mercado Municipal 12 de Octubre se ubica en el Barrio 12 de Octubre. Está situado en una zona de mucho tránsito vehicular en virtud de encontrarse cerca de instituciones públicas, y ser zona de acceso de colectivos y taxis a diferentes barrios contiguos (San Pedrito y Malvinas Argentina). Es un mercado con una infraestructura de más de 30 años, a la cual le han realizado modificaciones edilicias para refuncionalizarla a fin de brindar servicios culturales (Dirección de Desarrollo y Promoción Artística - Sala Teatral Jorge Accame, un espacio polifuncional con vestuarios y salas de apoyo para la realización espectáculos teatrales, talleres, cursos, etc.) y sociales (Centro Participativo Vecinal Barrio 12 de octubre y Panadería Municipal) a la comunidad. De esta manera pasó de ser un mercado, no solo aprovisionamiento de mercadería, verduras y frutas; sino un centro de actividades culturales y sociales.El Mercado Municipal Hipólito Yrigoyen es un edificio construido hace muchos años para que funcione como mercado municipal, pero no ha tenido remodelaciones, ni actualizaciones.Es un gran patio cubierto por un tinglado metálico, con una calle central y donde en forma paralela están dispuestos los puestos. Está dividido en dos sectores: uno donde se venden productos industrializados y otro donde se venden productos frescos. Se contabilizan alrededor de 26 puestos.Se observan cambios producidos por la gente que ocupa los lugares, y define su distribución a partir de lo que vende. Los locales que venden productos envasados han realizado cambios en los espacios, cerrando los locales. Antes los locales estaban sobre una vereda y a partir de ella es que se ubicaban los cajones para exponer las verduras y frutas para la venta. Hoy algunos han tomado parte de esa calzada común para instalar sus negocios y cerraron con paredes de chapas, o con puertas metálicas y con vidrio como la pescadería. Los locales que estaban en la entrada de José de la Iglesia han ido tomando espacios hacia el interior, donde ahora hay venta de productos de almacén, fiambrería, frutos secos y dietética, locales forrajeros. Y a partir de ellos, están ubicados los puestos de verduras y frutas hacia la calle Zegada. En este mercado la gente sabe que podrá conseguir desde chalas para sus tamales a papas andinas, así también pescado o productos que puede comprar en la fiambrería. También ahora para sus animales domésticos y sus animales del campo. Particularmente la gente de quebrada y puna sabe que en este mercado puede encontrar los productos que necesita para su consumo y para sus fiestas tradicionales y que están todos a la mano. Si el producto buscado no está en el propio mercado, estará en algún local vecino, por ejemplo, las bombas de estruendo no se encuentran aquí, pero si en los negocios de la vuelta. Porque saben que la gente vendrá por ellos. Hay una vinculación entre el campo y la ciudad y el mercado se adapta a las festividades y prepara los productos que sabe van a venir a buscar.La gente se queja de la falta de presencia del Estado con relación a la limpieza y dicen que hay sectores donde hay mal olor, cerca de los baños. O en algunas épocas se quejan de falta de aseo. En otros momentos dicen que el mercado está limpio y prolijo. En comparación a años anteriores en este momento se ve más organizado, tal vez por la situación de pandemia. El Mercado Municipal 6 de agosto creado en 1967, actualmente cerrado por motivo de refacción, está ubicado en el casco céntrico de la ciudad de San Salvador de Jujuy. Este antiguo mercado podría asociarse al fenómeno de turificación dado su ubicación céntrica y por la diversidad de productos que ofrece. A su alrededor se observan negocios de gran importancia como supermercados, bancos, sedes universitarias, escuelas y calles de gran circulación en la ciudad. Su infraestructura contaba con más de 50 años de antigüedad, por lo cual la misma estaba un poco descuidada y con materiales muy viejos. Aunque se había experimentado el inicio de algunas remodelaciones, las mismas no se concretaban. Antes del cierre, en este mercado se registraban 32 puestos, de los cuales 24 estaban ocupados, debido a la diversidad de productos que se ofrecían era posible encontrar verdulerías, venta de comida elaborada (restaurantes), venta de comida canina y mueblería, como así también carnicerías y pollerías. La cantidad de personas por puesto dentro del mercado dependía particularmente del tipo de producto que se comercializaba, por lo general en las carnicerías o pollerías se encontró en promedio dos personas trabajando a diferencia de los puestos de comida elaborada en donde se registró entre 3 o 4 personas.Debido al cierre mencionado anteriormente, los/as dueños/as de cada local tuvieron la necesidad de reubicarse en otro establecimiento, algo menos de la mitad de los puestos que conforman el mercado 6 de agosto, se reubicaron en espacios dentro de la zona céntrica de la ciudad. Quienes ocupaban los puestos eran por lo general provenientes de familias que por generaciones habían desarrollado esta tarea. Otros eran empleados de estas familias y pudieron abrir sus puestos en el mercado después de años de trabajo. Al tener una clientela de muchos años, la reubicación implicó para ellos la pérdida de la misma. Y si bien hubo protestas y agrupación de los puesteros y puesteras para sostener y manter el mercado y tratar de evitar la refuncionalización, no consiguieron evitar el cierre y su reubicación.El Mercado Sur se encuentra ubicado en las afueras de la ciudad, alejado de las zonas de concentración ciudadana. El acceso peatonal es dificultoso. Desde el Municipio se resolvió modificar el recorrido de dos líneas de colectivos que lleguen hasta el Mercado. La forma de acceso más cómoda es mediante vehículo particular. Es un mercado de reciente creación, quedó inaugurado el 21 de diciembre de 2020. Está instalado en un edificio nuevo con forma de galpón. Las intenciones iniciales para la conformación del Mercado apuntaron a: puestos de frutas y verduras, especias y productos específicos de la Quebrada y Puna (como ser carne de llama, oveja, cabrito). Además de completar con puestos estos para carnicerías, rotiserías, mercería, artículos de limpieza y materiales complementarios para el hogar. Se observa también una sección de servicios de consumo In situ, distribuido como cantina. Está compartimentado: bar-café y ventas de pastas frescas. El Mercado Municipal presenta dimensiones importantes, lo que permite una circulación cómoda y fluida. Cuenta con un total de 96 puestos fijos, de los cuales están ocupados menos del 50%. Hay un espacio físico dispuesto para “administración” del mercado y otro de oficinas de Rentas del Municipio capitalino. También cuenta con un cajero automático.La estética de los puestos varía de acuerdo a los productos que ofrecen. Se aprecia una diferencia notable en las exposiciones de productos de los puestos externos y los internos. Los primeros cuentan con estanterías fijas y son, en general, de mayor tamaño. Allí también se ubican los puestos proveedores de carnes (vaca, pescado, aves), por lo que predominan heladeras/freezer, mesadas de acero inoxidable y zonas de trabajo al interior de los puestos (cocina). Hay una estética predefinida que se repite en los puestos interiores: cajones de madera y estructuras de hierro. Aquellos puestos con gran variedad de productos (como ferreterías y papeleras) exhiben sus productos incluso en las paredes.Como puede verse, cada uno de los mercados tiene particularidades diferentes, uno más orientado al comercio de frutas y verduras, tanto mayorista como minorista. Otro a productos regionales. Uno que ha sido “reconvertido” en un espacio más que nada cultural. El más céntrico en proceso de reconversión hacia mercado turístico, según lo expresado por el municipio, con las consecuentes disputas con quienes tenían allí sus puestos. Y un mercado nuevo que por ahora no ha tenido el desarrollo esperado.Falta indagar en profundidad en otros aspectos como las fuentes de aprovisionamiento, las relaciones laborales y condiciones de trabajo, el tipo de consumidores, entre otros. La relación con el Estado parece en general objeto de cuestionamientos, sobre todo por problemas de infraestructura e higiene. Queda por seguir profundizando los aspectos señalados y además seguir trabajando en mercados del interior de la provincia. Hasta ahora, como conclusión preliminar, se observa una enorme heterogeneidad entre los mercados estudiados, tanto en la propia ciudad capital, como entre los mercados situados en ella y los ubicados en el interior provincial. También el caso del Mercado 6 de agosto, al igual que otros, como el de San Pedro, con el desplazamiento de quienes ocupaban los puestos y su alegada refuncionalización abren una línea de análisis orientada a los fenómenos de turificación y patrimonialización.