INVESTIGADORES
MONTES Alejandro
congresos y reuniones científicas
Título:
Migración y estructura interna de espigas en la zona del río Chico, Tierra del Fuego.
Autor/es:
MONTES, ALEJANDRO; BUJALESKY, GUSTAVO GABRIEL.
Lugar:
Salta
Reunión:
Otro; XIII Reunión Argentina de Sedimentología; 2012
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Sedimentología
Resumen:
El área estudiada  se ubica en el litoral atlántico septentrional de la Isla Grande de Tierra del Fuego (Argentina), en el sector comprendido entre Punta Sinaí y cabo Domingo. Esta costa presenta acantilados labrados en depósitos glacigénicos y sedimentos del Terciario, y extensas playas de grava. Está sometida a un régimen macromareal, a olas de mar de leva de período largo, fuertes olas de tormenta e intensos vientos provenientes del oeste. La zona presenta una planicie de cordones litorales de gran distribución que fue colmatando ambientes de paleobahías. Estos cordones representan sucesivas etapas de crecimiento hacia el sur causando una migración de la desembocadura del río Chico de 35 km en esa dirección a partir del holoceno medio (Bujalesky, 1998 y Bujalesky et al. 2001). En la porción distal ubicada al sur se identifican relictos de espigas longitudinales canibalizadas y algo recurvadas que evidencian un desarrollo en sentido opuesto al de la deriva litoral regional, a diferencia de lo que ocurre con la génesis de la planicie de cordones y de la espiga actual. Estos depósitos litorales muestran un control geomorfológico en su desarrollo a partir de la paleotopografía de la plataforma de abrasión y de la distribución de las rocas terciarias. De esta manera condicionaron la posición de las facies estuarinas y de la desembocadura del río. En este trabajo se presentan los principales procesos que actuaron en el desarrollo y migración de las espigas y barreras litorales dominadas por grava de la zona mediante la interpretación de imágenes satelitales, perfiles topográficos obtenidos con GPS Diferencial, descripciones de superficie e información geofísica de subsuelo registrada con radar de penetración terrestre (GPR) utilizando antenas de 200 y 400 MHZ. La información de subsuelo en depósitos holocénicos de la región suele ser difícil de obtener y caracterizar debido a la escasez de afloramientos. A su vez, su granulometría y poca consolidación genera el desmoronamiento de los taludes de canteras y cortes artificiales, dificultando la observación estratigráfica. La implementación de métodos geofísicos de alta resolución (Georadar o radar de penetración terrestre) representa una herramienta de gran utilidad para determinar en forma indirecta su arquitectura interna, e interpretar los procesos sedimentarios que operaron con mayor influencia relativa en su formación. La metodología aplicada para la interpretación de estos registros es la descripta por Neal et al., (2001) y Neal (2004); consiste en identificar superficies radar (radar surfaces), las cuales son geológicamente interpretadas como representaciones de hiatos no depositacionales o erosivos en la secuencia sedimentaria (Gawthorpe et al., 1993). Cada facies radar está definida por el arreglo de sus reflectores, los cuales se asocian a la estructura de los sedimentos que la componen (figura). Mediante la identificación de las distintas facies, tanto en subsuelo (facies radar) como en superficie, se reconocieron los diferentes ambientes y subambientes de depositación, involucrados con los mecanismos de migración de las barreras y espigas estudiadas. A partir de estas técnicas se caracterizaron y cuantificaron los procesos de volcamiento o rodamiento transgresivo (rollover) y canibalización. El sobrelavado (overwash) es el proceso principal para la migración por rodamiento transgresivo (rollover) y a su vez puede generar el estrangulamiento de las barreras mediante el transporte de sedimentos en forma perpendicular a la costa (Orford y Carter, 1982; Carter y Orford, 1987). A través de la superposición de información de subsuelo y topográfica asociada a la morfología de los depósitos actuales de sobrelavado se estimó una migración del flanco interno de la espiga actual de al menos 43 m y de 85 m para la espiga fósil (747 ± 35 14C A.P.) ubicada detrás de ella, donde se registró el ciclo completo de rodamiento transgresivo (rollover). El ensanchamiento de las espigas y barreras de la zona se debe principalmente a la progradación en el frente de playa asociado a una disminución en la frecuencia y cantidad de sedimentos transportados durante los eventos de sobrelavado. La pendiente de los abanicos de sobrelavado decrece a medida que la espiga o barrera se ensancha (de 13º a 6º aproximadamente). El proceso de sobrelavado se vuelve eventual y menos recurrente, hasta la estabilización de la geoforma. Bujalesky (1998) e Isla y Bujalesky (2000) describen el crecimiento de espigas y planicies de cordones en la zona del río Chico y en otros sectores del noreste de la isla de Tierra del Fuego, identificando pulsos y escasez relativa en el aporte de sedimentos. Este comportamiento habría favorecido a la canibalización de dichos depósitos, caracterizada por la elongación sostenida por erosión y reciclado de sedimentos. En la espiga actual del río Chico se cuantifica un retroceso del frente de playa de 13,3 m aproximadamente por canibalización, lo que involucra un volumen de 178,1 m3  por metro lineal. El contexto de la zona en estudio responde a una etapa madura de colmatación de ambientes de bahía asociado a la rectificación de las líneas de costa del Atlántico Sur.