INVESTIGADORES
MONTES Alejandro
congresos y reuniones científicas
Título:
ORIGEN DEL BAJO SLÁPELIZ, PATAGONIA ARGENTINA
Autor/es:
RUÍZ, P.M.; MONTES, A. ; ALLARD, J.O.
Lugar:
Puerto Madryn
Reunión:
Congreso; XXI Congreso Geológico Argentino; 2022
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
El bajo Slápeliz está ubicado en la Patagonia extraandina, en el extremo norte de la provincia de Santa Cruz. La región se encuentra dentro de la faja de vientos del oeste (Westerlies) caracterizada por vientos de gran intensidad y frecuencia, con dirección predominante oeste-este. Estos vientos provenientes desde el océano Pacífico descargan su humedad en la cordillera de los Andes y llegan secos a las mesetas patagónicas generando condiciones desérticas (Hernández et al. 2008) y cumpliendo una importante influencia en el modelado del paisaje.Asociados a los bajos hidroeólicos existen condiciones litológicas, tectónicas y geomorfológicas iniciales que permitieron su origen mediante procesos de meteorización, remoción en masa, erosión fluvial y deflación. El viento es el único agente capaz de erosionar y transportar sedimentos desde el sector más deprimido del bajo, modificando el nivel de base local y reactivando algunos de los procesos previamente mencionados (Martínez 2011).Esta contribución utiliza el bajo Slápeliz como caso de estudio para, a través de su caracterización geomorfológica, reconocer los procesos involucrados en la profundización de los bajos de Patagonia, con el fin de cuantificar la influencia de mecanismos estructurales y erosivos. El cálculo de áreas y los datos altimétricos se obtuvieron mediante modelos de elevación digital elaborados con imágenes satelitales ALOS PALSAR de 12,5 m de resolución espacial (Fig.1).En las laderas del bajo aflora en forma discontinua la Formación Santa Cruz de edad Mioceno inferior, conformada principalmente por areniscas de colores claros asociadas a ambientes sedimentarios fluviales y eólicos. Hacia el tope de esta unidad se reconocen en las distintas laderas al menos tres niveles de terrazas gravoarenosas, asociadas a depósitos de agradación pedemontana y a depósitos glacifluviales (Cobos y Panza 2003, Martínez y Kutschker 2011). La terraza más moderna presenta una altura aproximada de 552 m s.n.m en el margen norte del bajo y que según Cobs y Panza (2003) correspondería al Plioceno inferior. Al sur del bajo se encuentran terrazas fluviales asociados al cañadón Del Carril, donde la superficie del nivel II presenta una pendiente de 0,16° hacia el oeste, lo que podría vincularse a un basculamiento neotectónico similar al reconocido por Tobal et al. (2021) al sur de la zona de estudio. Por sobre estas últimas yace una colada basáltica de unos 50 km2 correspondiente al cerro Piedra, que fue datada con el método Ar40/Ar39 en 3,45±0,11 Ma (Guillaume 2008).El bajo constituye una cuenca endorreica de 41,4 km2 con drenaje radial centrípeto, presentando una leve orientación en sentido noroeste-sureste con mayor profundización de los cañadones en el margen occidental. Dentro de la depresión topográfica, se encuentran lagunas efímeras, que se alimentan principalmente en la época invernal con agua proveniente de las escasas precipitaciones (promedio anual de 170 mm), ubicándose la de mayores dimensiones y menor cota a 392 m.s.n.m.Una gran porción del bajo está ocupada por una serie de abanicos aluviales con niveles aterrazados que evidencian los cambios en el nivel de base del bajo. Exhiben en su superficie extensos pavimentos del desierto conformados principalmente por gravas subredondeadas de origen ígneo de hasta 15 cm de diámetro. Sobre el margen norte del bajo, se desarrollan múltiples deslizamientos rotacionales. Actualmente presentan morfología difusa, sin cortes frescos y están cubiertos por suelos con estructuras criogénicas y vegetación, lo que evidencia la acción de los agentes meteóricos posteriormente a los deslizamientos.El desnivel entre el fondo del bajo y la terraza fluvial circundante más moderna es de 160 m por lo que el volumen del bajo es de 7532 millones de m3. Esto sugiere una tasa de deflación entre 540 y 2620 m3/año, considerando la edad mínima de la Formación Santa Cruz (Blisniuk et al. 2005) y las edades de los niveles de terrazas del sistema fluvial del río Senguerr obtenidas a partir del fechado correspondiente al basalto cerro Grande (Bruni 2007). En este rango de valores se encontraría la tasa promedio a lo largo de su desarrollo evolutivo, pero las condiciones climáticas variables desde fines del Neógeno habrían afectado significativamente al proceso de deflación. Martínez et. al (2014) proponen que, durante los períodos glaciales la erosión eólica habría sido mucho más eficiente que en los periodos cálidos, lo que resulta consistente con las observaciones de Heindel et al. (2018) en relación a la influencia de los vientos catabáticos en las tasas de deflación. El movimiento hacia el norte del anticiclón del Pacífico y la distribución del manto de hielo patagónico durante las glaciaciones cuaternarias (Rabassa et al. 2011) habrían favorecido la influencia de estos vientos fríos y secos desde el oeste.El bajo Slápeliz constituye un conspicuo ejemplo de inversión de relieve (Césari y Simeoni 1994), ya que los sedimentos que impidieron la depositación de terrazas gravoarenosas en el sector actualmente ocupado por el bajo habrían constituido un alto topográfico entre el Mioceno tardío y el Plioceno. El estudio realizado demuestra que a pesar de las evidencias neotectónicas y de los procesos hídricos y de remoción en masa que afectaron las laderas del bajo expandiendo su desarrollo areal, la deflación constituye el principal mecanismo de profundización.