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Desde el surgimiento del formalismo, en la segunda mitad del siglo XIX, la investigación artística se ha concentrado prevalentemente en los productos de las bellas artes y se ha alejado progresivamente de una teoría del arte específica. En el presente trabajo, por el contrario, se propone un nuevo enfoque en el análisis de obras de arte tardo antiguas, que toma como paradigma principal la estética pragmatista de John Dewey. A diferencia del formalismo, el filósofo estadounidense sostiene que la creación artística es el resultado de la comunicación constante del ser viviente, involucrado emocionalmente, con su entorno, lo que define como experiencia. En consecuencia, se argumenta a favor de un sistema de investigación que pueda acercar la obra a su dimensión natural, en directo contacto con la experiencia común y con su entorno cotidiano, lo que permite integrar las investigaciones iconográficas e iconológicas canónicas a los cambios culturales históricos y, con ello, lograr una mayor comprensión conceptual. Este enfoque de inspiración deweyana, en el caso del arte tardo antiguo, permite visibilizar aquellos elementos cotidianos que han llevado a la formación de la que Dodds llama Age of anxiety, que se caracteriza, en el campo de la producción artística, por el pasaje gradual de una civilización sensual, la de la antigüedad clásica, a otra de corte espiritualista. A través de una metodología crítica se pondrán de manifiesto las limitaciones de las investigaciones formalistas y se sostiene en el texto la necesidad de utilizar una estética de corte pragmatista para llevar a cabo la investigación artística. Finalmente, se resalta el posible aporte de la estética de Dewey a las tradicionales investigaciones iconográficas. Para mostrar la viabilidad de la hipótesis propuesta, se utiliza como ejemplo el análisis de las estatuas de los Tetrarcas hoy en Venecia, como obra paradigmática de la época.

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