Inoculantes microbianos para cultivos: armando rompecabezas 4D en la ocuridad

WALL LG

La Plata

Jornada; Jornadas Bonaerenses de Microbiología Agrícola; 2016

Las plantas se cultivan según el paradigma físico-químico de la fisiología vegetal del siglo pasado donde agua, sol, aire y macro-micro nutrientes bastan. En este esquema el suelo ofrece una estructura física para el desarrollo de las raíces y una fertilidad química para el desarrollo vegetal que, eventualmente, se puede reponer. Las enfermedades de las plantas se controlan con sustancias químicas que matan el agente patógeno. En cuanto a la microbiología agrícola somos herederos de la microbiología de Pasteur pero actuales espectadores y actores de un cambio de paradigma que nos revela la existencia del 99% de los microorganismos del suelo que no se pueden cultivar pero que probablemente contribuyan sustantivamente al funcionamiento del mismo. El 1% restante corresponde a los microorganismos cultivables sobre los que se armó la ciencia de la microbiología. Si hoy estimamos en 1010/g la densidad de microbios en el suelo, el 1% cultivable sigue siendo una cantidad muy grande que incluye una enorme diversidad de funciones biológicas. Los inoculantes microbianos o Bioinsumos para el Agro son básicamente formulados a partir de la suspensión de un microorganismo con una función biológica relevante para el desarrollo de las plantas, estudiado previamente in vitro y muchas veces verificado a campo. Las funciones biológicas que directa o indirectamente afectan el desarrollo de las plantas son: 1) directas (por Promoción): FBN, movilización de P, productores de fitohormonas, volátiles, degradación de precursores de inhibidores; 2) indirectas (por Biocontrol): antagonismo de agentes patógenos, productoras de antibióticos, HCN, productores de enzimas degradadoras de paredes celulares, sideróforos; 3) indirectas (por aliviación de estrés): poliaminas, balanceadores de fitohormonas. Se conoce gran diversidad de géneros que reúnen muchas de estas características en forma pleiotrópicas. El tema parece suficientemente resuelto. Sin embargo los inoculantes son simples fichas en un rompecabezas 4D conformado por el suelo y la planta, donde aún intervenimos a oscuras. Necesitamos medir impacto ambiental en el contexto de la ecología microbiana moderna y contrastar los efectos de los diferentes agroinsumos para ver si es hora de cambiar de un paradigma químico a uno biológico.