INVESTIGADORES
ACHA Jose Omar
capítulos de libros
Título:
Ensayo e historiografía en la narrativa latinoamericana de José Luis Romero
Autor/es:
ACHA, OMAR
Libro:
Estrategias del pensar. Ensayo y prosa de ideas en América Latina (siglo XX
Editorial:
UNAM
Referencias:
Lugar: México, DF; Año: 2010; p. 179 - 223
Resumen:
Cuatro motivos abonan la relevancia de la cuestión “Latinoamérica” en la obra de José Luis Romero. En primer término, la trascendencia del tema en su producción de madurez. El libro Latinoamérica: las ciudades y las ideas (1976) extiende los argumentos derivados de sus estudios medievalistas, encuadrados en el programa de investigaciones diseñado hacia 1945, y los inscribe, modificándolos, en una nueva área de la historia urbana y de su correlativa historia de las ideas. La torsión que produce sobre la narrativa europeísta configura un libro sumamente original, y no es por azar que el volumen haya concitado la mayoría de las inquietudes lectoras en estas Jornadas. La cuestión latinoamericana no espera su turno para desplegarse en el pensamiento de Romero. Se anticipa en el ordenado, casi galileano plan diseñado por Romero y sustrae tiempo, ese recurso escaso que el autor reconocía como el peligro máximo para la conclusión de su proyecto, al cierre de otros volúmenes que debían precederlo. Por lo tanto, pensar la génesis y estructura del volumen de 1976 revela trechos capitales del período final y más desarrollado de la imaginación histórica romeriana. En segundo término, en la problemática latinoamericana –esta será una de las tesis que intentaré cimentar– se presenta con nitidez una consecuencia interpretativa crucial de su inclinación por una historia social y cultural del “mundo urbano”. De acuerdo con la aproximación morfológica de Romero según la cual los grupos sociales y su cultura conforman la instancia creativa de la vida histórica, las instituciones y principalmente el estado, se sitúan en el plano de la conservación, de lo establecido, y de lo inerte. Su peculiar morfología histórica contenía tres elementos. La fuerza de la vida se enfrentaba a las estructuras, mas Romero añadía un tercer elemento: las ideas que derivadas de la creación histórica encarnan sus figuras mejores, orientando el cambio. He allí el espacio de las élites. Pero no fue sólo la convicción teórica la que nutrió el lugar marginal en que ubicó al estado. También operaba una desconfianza política hacia las derivas totalitarias que asociaba a un privilegio asignado a la razón estatal. Veremos por qué es en la escritura latinoamericanista donde estas concepciones, teóricas y políticas, alcanzan su mejor perfil, y en consecuencia, se percibirá con incomparable nitidez aquello que deben inexorablemente elidir. Un tercer motivo dice que la lectura de los textos sobre América Latina presenta una significación actual de primer orden para la reflexión sobre el nervio rector de la historiografía argentina. Aquí es necesaria una afirmación seguramente polémica: la historiografía argentina no es una ni es homogénea, posee autonomías relativas y la profesionalización multiplica las monografías, inspiradas en diversas perspectivas. Con todo, la geografía del “campo historiográfico” no es igualitaria ni uniforme. Posee zonas de condensación, de primacía, de visibilidad, de preponderancia. En tales zonas, metamorfoseada, sobrevive la mirada histórica de José Luis Romero. Por eso, pensar la obra latinoamericanista de Romero implica reflexionar sobre la trama “filosófica” de la corriente dominante del campo. En efecto, Romero es la figura rectora que opera en la textura “progresista” de la historia cultural y política del siglo XX, ese territorio que concentra los nudos decisivos de la contienda por estructurar un sentido de la historia nacional. Reflexionar sobre Romero es esencial tanto para robustecer su pensamiento (no necesariamente sin revisiones) como para elaborar caminos alternativos.    Finalmente, una justificación adicional lo provee la significación de Latinoamérica: las ciudades y las ideas para la comprensión de la singular vacilación del pensamiento de Romero entre la historiografía y el ensayismo. Dicho libro revela las apuestas hermenéuticas del autor, donde se asocian las exigencias de un relato histórico que perciba las diferencias y matices, los períodos y cambios, y las de un ensayo que interrogue los problemas profundos de la convivencia en América Latina, una entidad diversa pero de contorno reconocible. A la forja historiadora de una clave habilitadora de un relato global del subcontinente, Romero añade sin solución de continuidad la preocupación del ciudadano comprometido y la búsqueda de una opción al mal que observa en la peculiar dialéctica entre las ideologías latinoamericanas: el populismo.